Los cracks dan calabazas

Hace tiempo que en el Barcelona conviven dos discursos en lo que hace referencia a la planificación de futuro. Uno es el optimista que lidera el presidente Joan Laporta, que siempre ha apostado por la contratación de una estrella que lidere el próximo proyecto. El otro, es mucho más conservador por no decir realista. Hasta ahora era el director de fútbol Mateo Alemany el que se encargaba de enfriar ciertos sueños de grandeza. De un tiempo a esta parte, el técnico Xavi Hernández, que no hacía mucho estaba convencido de que este verano iba a llegar una estrella, ha rebajado públicamente su relato. La situación económica se impone y los cracks mundiales van dando calabazas al Barça.

Antes de jugar ante el Celta, Xavi fue clarísimo al ser preguntado por refuerzos de nivel: “Veremos lo que podemos hacer porque nos marca la situación económica. Si no tienes dinero, igual tienes que obrar de otra manera. Es una obviedad, dependemos del dinero. Hemos hecho un diagnóstico futbolístico. Luego está el económico. Somos muy claros en lo que queremos de cara al año que viene y todo lo que se pueda hacer lo intentaremos hacer”.

Antes de enfrentarse al Celta, el fichaje de Haaland, con el que el entrenador catalán se había entrevistado en Alemania parecía estar a punto de cerrarse con el City y Xavi ya asumió que “el City tiene un bagaje tremendo. Si pasa lo que estáis diciendo, será por el tema financiero“. El martes, con el trato ya cerrado abundó en el argumento: “Le deseo lo mejor a Haaland. Nosotros no hemos podido competir por él. Imposible competir a nivel económico”.

Y es que las calabazas de Haaland, al Barça vienen a ser el anticipo de lo que puede ser una constante en estos meses. Salah, del Liverpool, presentó unas aspiraciones económicas en cuanto a salario inasumibles para el club blaugrana.

Lewandoski, del Bayern, tampoco parece estar al alcance del Barça por diversos motivos. Por un lado, le queda un año de contrato con el Bayern, que no tiene intención de desprenderse de su goleador sin tener asegurado un relevo de garantías. Y por otro, el polaco, al que le seduce la idea de cambiar de aires, demanda tres años de contrato. Un compromiso que ante su edad hace cuestionable la operación con vistas de futuro.

Ante estas operaciones que son imposibles a nivel financiero si no se activan de manera urgente las “palancas económicas” que lleva tiempo prometiendo el presidente Laporta (firma con CVC u otro fondo, venta de jugadores, venta del 49% de Barça Studios y de la división de merchandising) al Barça le toca hacer un ejercicio de realismo.

Un discurso que exponen cada vez más claramente Xavi y Alemany y que se ciñe a refuerzos que lleguen con la carta de libertad. Las calabazas duelen y al Barça le están llegando por todas partes.

Escudo/Bandera Barcelona

Los cracks dan calabazas

Hace tiempo que en el Barcelona conviven dos discursos en lo que hace referencia a la planificación de futuro. Uno es el optimista que lidera el presidente Joan Laporta, que siempre ha apostado por la contratación de una estrella que lidere el próximo proyecto. El otro, es mucho más conservador por no decir realista. Hasta ahora era el director de fútbol Mateo Alemany el que se encargaba de enfriar ciertos sueños de grandeza. De un tiempo a esta parte, el técnico Xavi Hernández, que no hacía mucho estaba convencido de que este verano iba a llegar una estrella, ha rebajado públicamente su relato. La situación económica se impone y los cracks mundiales van dando calabazas al Barça.

Antes de jugar ante el Celta, Xavi fue clarísimo al ser preguntado por refuerzos de nivel: “Veremos lo que podemos hacer porque nos marca la situación económica. Si no tienes dinero, igual tienes que obrar de otra manera. Es una obviedad, dependemos del dinero. Hemos hecho un diagnóstico futbolístico. Luego está el económico. Somos muy claros en lo que queremos de cara al año que viene y todo lo que se pueda hacer lo intentaremos hacer”.

Antes de enfrentarse al Celta, el fichaje de Haaland, con el que el entrenador catalán se había entrevistado en Alemania parecía estar a punto de cerrarse con el City y Xavi ya asumió que “el City tiene un bagaje tremendo. Si pasa lo que estáis diciendo, será por el tema financiero“. El martes, con el trato ya cerrado abundó en el argumento: “Le deseo lo mejor a Haaland. Nosotros no hemos podido competir por él. Imposible competir a nivel económico”.

Y es que las calabazas de Haaland, al Barça vienen a ser el anticipo de lo que puede ser una constante en estos meses. Salah, del Liverpool, presentó unas aspiraciones económicas en cuanto a salario inasumibles para el club blaugrana.

Lewandoski, del Bayern, tampoco parece estar al alcance del Barça por diversos motivos. Por un lado, le queda un año de contrato con el Bayern, que no tiene intención de desprenderse de su goleador sin tener asegurado un relevo de garantías. Y por otro, el polaco, al que le seduce la idea de cambiar de aires, demanda tres años de contrato. Un compromiso que ante su edad hace cuestionable la operación con vistas de futuro.

Ante estas operaciones que son imposibles a nivel financiero si no se activan de manera urgente las “palancas económicas” que lleva tiempo prometiendo el presidente Laporta (firma con CVC u otro fondo, venta de jugadores, venta del 49% de Barça Studios y de la división de merchandising) al Barça le toca hacer un ejercicio de realismo.

Un discurso que exponen cada vez más claramente Xavi y Alemany y que se ciñe a refuerzos que lleguen con la carta de libertad. Las calabazas duelen y al Barça le están llegando por todas partes.

Escudo/Bandera Barcelona

Los cracks dan calabazas

Hace tiempo que en el Barcelona conviven dos discursos en lo que hace referencia a la planificación de futuro. Uno es el optimista que lidera el presidente Joan Laporta, que siempre ha apostado por la contratación de una estrella que lidere el próximo proyecto. El otro, es mucho más conservador por no decir realista. Hasta ahora era el director de fútbol Mateo Alemany el que se encargaba de enfriar ciertos sueños de grandeza. De un tiempo a esta parte, el técnico Xavi Hernández, que no hacía mucho estaba convencido de que este verano iba a llegar una estrella, ha rebajado públicamente su relato. La situación económica se impone y los cracks mundiales van dando calabazas al Barça.

Antes de jugar ante el Celta, Xavi fue clarísimo al ser preguntado por refuerzos de nivel: “Veremos lo que podemos hacer porque nos marca la situación económica. Si no tienes dinero, igual tienes que obrar de otra manera. Es una obviedad, dependemos del dinero. Hemos hecho un diagnóstico futbolístico. Luego está el económico. Somos muy claros en lo que queremos de cara al año que viene y todo lo que se pueda hacer lo intentaremos hacer”.

Antes de enfrentarse al Celta, el fichaje de Haaland, con el que el entrenador catalán se había entrevistado en Alemania parecía estar a punto de cerrarse con el City y Xavi ya asumió que “el City tiene un bagaje tremendo. Si pasa lo que estáis diciendo, será por el tema financiero“. El martes, con el trato ya cerrado abundó en el argumento: “Le deseo lo mejor a Haaland. Nosotros no hemos podido competir por él. Imposible competir a nivel económico”.

Y es que las calabazas de Haaland, al Barça vienen a ser el anticipo de lo que puede ser una constante en estos meses. Salah, del Liverpool, presentó unas aspiraciones económicas en cuanto a salario inasumibles para el club blaugrana.

Lewandoski, del Bayern, tampoco parece estar al alcance del Barça por diversos motivos. Por un lado, le queda un año de contrato con el Bayern, que no tiene intención de desprenderse de su goleador sin tener asegurado un relevo de garantías. Y por otro, el polaco, al que le seduce la idea de cambiar de aires, demanda tres años de contrato. Un compromiso que ante su edad hace cuestionable la operación con vistas de futuro.

Ante estas operaciones que son imposibles a nivel financiero si no se activan de manera urgente las “palancas económicas” que lleva tiempo prometiendo el presidente Laporta (firma con CVC u otro fondo, venta de jugadores, venta del 49% de Barça Studios y de la división de merchandising) al Barça le toca hacer un ejercicio de realismo.

Un discurso que exponen cada vez más claramente Xavi y Alemany y que se ciñe a refuerzos que lleguen con la carta de libertad. Las calabazas duelen y al Barça le están llegando por todas partes.

Escudo/Bandera Barcelona

Los cracks dan calabazas

Hace tiempo que en el Barcelona conviven dos discursos en lo que hace referencia a la planificación de futuro. Uno es el optimista que lidera el presidente Joan Laporta, que siempre ha apostado por la contratación de una estrella que lidere el próximo proyecto. El otro, es mucho más conservador por no decir realista. Hasta ahora era el director de fútbol Mateo Alemany el que se encargaba de enfriar ciertos sueños de grandeza. De un tiempo a esta parte, el técnico Xavi Hernández, que no hacía mucho estaba convencido de que este verano iba a llegar una estrella, ha rebajado públicamente su relato. La situación económica se impone y los cracks mundiales van dando calabazas al Barça.

Antes de jugar ante el Celta, Xavi fue clarísimo al ser preguntado por refuerzos de nivel: “Veremos lo que podemos hacer porque nos marca la situación económica. Si no tienes dinero, igual tienes que obrar de otra manera. Es una obviedad, dependemos del dinero. Hemos hecho un diagnóstico futbolístico. Luego está el económico. Somos muy claros en lo que queremos de cara al año que viene y todo lo que se pueda hacer lo intentaremos hacer”.

Antes de enfrentarse al Celta, el fichaje de Haaland, con el que el entrenador catalán se había entrevistado en Alemania parecía estar a punto de cerrarse con el City y Xavi ya asumió que “el City tiene un bagaje tremendo. Si pasa lo que estáis diciendo, será por el tema financiero“. El martes, con el trato ya cerrado abundó en el argumento: “Le deseo lo mejor a Haaland. Nosotros no hemos podido competir por él. Imposible competir a nivel económico”.

Y es que las calabazas de Haaland, al Barça vienen a ser el anticipo de lo que puede ser una constante en estos meses. Salah, del Liverpool, presentó unas aspiraciones económicas en cuanto a salario inasumibles para el club blaugrana.

Lewandoski, del Bayern, tampoco parece estar al alcance del Barça por diversos motivos. Por un lado, le queda un año de contrato con el Bayern, que no tiene intención de desprenderse de su goleador sin tener asegurado un relevo de garantías. Y por otro, el polaco, al que le seduce la idea de cambiar de aires, demanda tres años de contrato. Un compromiso que ante su edad hace cuestionable la operación con vistas de futuro.

Ante estas operaciones que son imposibles a nivel financiero si no se activan de manera urgente las “palancas económicas” que lleva tiempo prometiendo el presidente Laporta (firma con CVC u otro fondo, venta de jugadores, venta del 49% de Barça Studios y de la división de merchandising) al Barça le toca hacer un ejercicio de realismo.

Un discurso que exponen cada vez más claramente Xavi y Alemany y que se ciñe a refuerzos que lleguen con la carta de libertad. Las calabazas duelen y al Barça le están llegando por todas partes.

Escudo/Bandera Barcelona

A tiro del Barça

Fabián Ruiz (26 años) ha desbloqueado todo su potencial en esta temporada. El español no la terminará como soñaba, celebrando el Scudetto con la camiseta del Nápoles tras haber levantado la Copa italiana en 2020, pero su trabajo en la medular ha sido sobresaliente. Según la Inteligencia Artificial de Olocip, ha sido hasta ahora el mejor jugador del equipo (con un valor de 11.23) y el quinto de todo el Calcio. El sábado marcó el gol decisivo para batir al Torino, el séptimo de este campeonato, en el que anotó también cuatro asistencias. Nunca había llegado a estas cifras, y estos datos le convierten en uno de los grandes nombres a seguir en este mercado.

El exbético termina contrato en 2023 y no hubo contactos para renovar desde hace más de dos años. El Nápoles, que desembolsó alrededor de 30 millones en 2018 para ficharle como petición de Carlo Ancelotti (que le sigue apreciando muchísimo), le ha puesto en la cima de su lista de salidas porque no tiene ninguna intención de perderle como agente libre, algo que va a pasar con Insigne. Al objetivo del Barça Koulibaly, por ejemplo, también le queda solo un año de contrato, pero su caso es distinto. De Laurentiis sí tiene esperanza de renovarle y, además, no vería como un desastre dejarle salir gratis con 32 años.

La venta del español será un movimiento fundamental para el mercado de los azzurri, que ya recibieron ofertas en los últimos meses. La más importante, como publicó AS, fue la del Newcastle en enero. Una propuesta que el jugador nunca consideró, tanto por su intención de seguir en Nápoles hasta el final del curso como por la posibilidad de recibir llamadas más prestigiosas durante este verano. Una de ellas, puede ser la del Barcelona.

Los azulgrana ya intentaron hacerse con sus servicios en varias ocasiones, pero siempre tuvieron que toparse con las altísimas pretensiones de los napolitanos, que rondaban los 60 millones de euros. El escenario ahora ha cambiado y Xavi, que le alabó antes de la eliminatoria de Europa League (“Es muy bueno para jugar entre líneas, de pivote, es fuerte físicamente, tiene disparo… Un gran jugador”) le ha puesto en su lista para el mediocampo. Una idea que dependerá inevitablemente de la salida de De Jong.

El holandés ya tiene cartel de transferible y ha acabado en las miras de Manchester United y Bayern. El Barça tiene apalabrado a su sustituto, el valencianista Carlos Soler, pero Fabián, objetivo desde sus años en el Betis, en este verano se ha convertido en una oportunidad. De Laurentiis, al menos al principio, seguirá coherente con sus pretensiones, pero también necesita venderle para financiar su mercado y, sobre todo, evitar perderle como agente libre. El precio tendrá que bajar, la voluntad del jugador marcará la diferencia y en su última entrevista con AS quedó clara: “La idea de regresar a España en el futuro siempre está: es mi casa”. Tras años en los radares de Real Madrid, Atleti y Barça, este tendrá que ser su verano.

Guardiola 'colapsa'

Pep Guardiola (51 años) sigue buscando la Champions League que le falta. Es precisamente en esa búsqueda incesante por hacerse con la máxima competición continental cuando más han sonado sus derrotas con goles en el último suspiro que han acabado con las aspiraciones del entrenador catalán, que vivió su primer colapso con el Barcelona.

Hay que volver 12 años atrás, cuando Guardiola perseguía su segunda Champions consecutiva con el Barça pero se encontró en las semifinales al Inter de Milán, dirigido por José Mourinho. Los azulgranas eran los grandes favoritos pero 13 minutos de frenesí en el Guiseppe Meazza fueron suficientes para que los interistas marcaran dos goles y pusieran patas arriba la eliminatoria.

Más cruel fue la vuelta de las semifinales de Liga de Campeones en la temporada 2013-14, la primera de Guardiola en el Bayern de Múnich. Su equipo arrasó en las rondas previas desplegando un gran fútbol antes de enfrentarse al Real Madrid, que le terminó devorando en 18 minutos con dos goles de Sergio Ramos y uno de Cristiano Ronaldo. El partido acabó 0-4 y el entrenador catalán ha reconocido en más de una ocasión que fue su “peor derrota”.

No obstante, la temporada siguiente, el Barcelona haría algo muy parecido marcando tres goles al Bayern en 17 minutos. Otro colapso de un equipo de Guardiola, que en el Manchester City también ha vivido noches aciagas en Champions: el Mónaco en 2017, el Liverpool en 2018, el Tottenham en 2019 y el Lyon en 2020 le dejaron fuera de combate en cuestión de minutos.

Así pues, el Real Madrid es el último equipo en aprovecharse de los ‘lapsus’ del City de Guardiola, y es precisamente el equipo madridista el mejor dato ostenta por su remontada exprés en el Santiago Bernabéu. Rodrygo, por partida doble, y Benzema de penalti, marcaron tres goles en tan solo seis minutos de juego que dejaron al entrenador catalán fuera de una nueva final de la Champions.

Riqui, despedida en la hierba

Tres años y medio después de hacer su debut con el primer equipo ante la Cultural Leonesa (“dreams comes true”, tuiteó aquel día cuando Valverde le dio la alternativa en la Copa del Rey), el sueño de Riqui Puig en el Barça parece próximo a su fin. El talento de Matadepera, esperanza de La Masia cuando lideró al equipo juvenil al título de la Youth League en 2018, no ha explotado como se esperaba. No logró asentarse con Valverde, Setién o Koeman y sus fans se han llevado el último baño de realidad después de la llegada de Xavi, que sólo le ha dado 268 minutos desde que llegó el pasado mes de noviembre. 54 partidos en tres temporadas son muy pocos para un futbolista sobre el que se crearon expectativas máximas. No sólo en Barcelona. Siempre quedará para el recuerdo aquel partido en San Francisco contra el Milan, tras el cual Gattusso habló maravillas de él y Massaro, verdugo del Barça en la final de Champions de 1994, le pidió la camiseta…

El tiempo ha demostrado que lo de Riqui Puig no era una cuestión de estilo de entrenadores, sino de fútbol. Mientras futbolistas más jóvenes que él como Nico, Pedri o Gavi se han ido asentando en la primera plantilla, Riqui, a punto de cumplir 23 años, ha sido adelantado.

Explicaciones de la explosión fallida de Riqui hay muchas. Las futbolísticas tienen que ver con un jugador con dificultades para competir al máximo nivel, con menos entendimiento del juego si se le compara a Pedri, con menos físico si se le mide con Nico, con menos voracidad competitiva si se le compara a apariciones como las de Gavi. A Riqui, un ‘disfrutón’ en su época de juvenil cuando el Barça hace valer la diferencia que tiene respecto a los rivales, le ha costado dar el último salto, el que mide a los jugadores en la élite. Al menos, en el Barça. Los técnicos, muchos y cada cual con su librillo, no han confiado en él.

Escudo/Bandera Barcelona

Riqui, que termina contrato en 2023, tiene ya decidido salir este verano del Barça, su club desde que llegó en 2013 procedente del Jàbac de Terrassa. No puede esconderse un año más en el banquillo y habrá que ver su respuesta en otro hábitat. Al menos, Riqui va a tener la oportunidad de despedirse en la hierba. La ausencia de Sergio Busquets por sanción ante el Celta; y la ausencia de Pedri, Sergi Roberto y Nico por lesión le abren la posibilidad de jugar contra el Celta, uno de los equipos que siempre ha sonado como posible destino. A Riqui le toca dar un paso adelante en su carrera, pero antes quiere irse con una sonrisa del estadio que siempre soñó pisar y del club que lleva en el corazón.

Empieza el futuro

Según Xavi, hay “diagnóstico” sobre qué necesita el Barça 2022-23. Así que, a trabajar. Garantizada la clasificación para la Champions con el triunfo ante el Betis, es el momento de que el club azulgrana se ponga a cerrar carpetas.

La planificación, sin embargo, tiene un problema de entrada. El Barça, que actualmente tiene un margen salarial negativo de 144 millones que mejorará porque los azulgrana se excedieron contando con su clasificación entre los cuatro primeros, no sabe qué margen le dará LaLiga para hacer incorporaciones. Jordi Cruyff admitió que, dependiendo de la flexibilidad de Tebas, tendrán que activar un plan A, B, o C.

Escudo/Bandera Barcelona

Mateu Alemany y Xavi tendrán que elegir por dónde empezar. Si es por el crack que Laporta prometió off the record a los medios, va a ser difícil. Las prioridades eran Haaland, Salah o Lewandowski y los tres parecen lejanísimos. Si existe alguna opción, es el polaco. Y empezar un proyecto de futuro por un delantero de 34 años no tiene un consenso absoluto. El Barça de Rijkaard se puso en pie con Ronaldinho como estrella. Tenía 23 años. Y el de Guardiola, con Messi, que tenía 21.

Lo más urgente para el Barça es resolver el jeroglífico de la plantilla actual. Primero, debe resolver las renovaciones. La ampliación de Gavi podría cerrarse la próxima semana; la de Dembélé sigue pendiente de una última reunión. Sergi Roberto seguirá un año en otra decisión que ha generado controversia.

Salidas

Soltar lastre es otra de las claves. Xavi no cuenta, de momento, con Neto, Mingueza, Lenglet, Umtiti, Riqui Puig, Braithwaite, Adama y Luuk de Jong. Queda pendiente el espinoso caso de Alves, que quiere seguir un año más pero que está al límite físico. El Barça sufre en el lateral derecho y su continuidad no parece fácil. El club azulgrana tiene otro puñado de futbolistas cedidos que tendrán que volver y a los que tendrá que dar salida. Coutinho, después de un gran inicio en el Villa, ha ido perdiendo fuerza. Pjanic y Trincao no están en los planes del técnico y el futuro de Collado e Iñaki Peña tampoco está claro. El primero podría ampliar su contrato y, según lo visto en la pretemporada, seguir o entrar en alguna operación. Iñaki Peña, cedido en el Galatasaray, quiere minutos y, con Ter Stegen, eso no parece sencillo. Su condición de segundo portero la próxima temporada tampoco está claro.

Habrá fichajes

Los de Christensen, procedente del Chelsea, y Kessié, que llegará desde el Milan, están a falta de firma. El de Azpilicueta, un comodín para el puesto de central y los laterales, pendiente de que el Chelsea cumpla su palabra de liberarlo. Desde allí también podría llegar Marcos Alonso, que ha pedido a los blues regresar a España. Javi Galán es otra de las alternativas para dar oxígeno a Alba. Y el brasileño Raphinha está pendiente del futuro de Dembélé.

La gran cuestión del verano, sin embargo, tiene que ver con la noticia que adelantó AS el pasado lunes. El Barça necesita una gran venta y el elegido es Frenkie de Jong, que no ha terminado de romper en crack en sus tres temporadas en el Barça. Se le valora futbolísticamente, pero no ha sido el líder del nuevo proyecto azulgrana. El club necesita hacer caja y liberar masa salarial. Si llega una oferta potente por Frenkie de Jong, el holandés se marchará y el Barça se reforzará con Carlos Soler, con quien ya hay un pacto.

Lo que no cambiará en el Barça serán los capitanes. Sergio Busquets (34 años en julio), Piqué (35 cumplidos ya en febrero), Jordi Alba (33) y Sergi Roberto (30) seguirán vistiendo de azulgrana. Hay voces que piden un relevo, pero Xavi asegura que su compromiso les emociona. Por ahí, todavía no ha empezado el futuro en el Barça.

Empieza el futuro

Según Xavi, hay “diagnóstico” sobre qué necesita el Barça 2022-23. Así que, a trabajar. Garantizada la clasificación para la Champions con el triunfo ante el Betis, es el momento de que el club azulgrana se ponga a cerrar carpetas.

La planificación, sin embargo, tiene un problema de entrada. El Barça, que actualmente tiene un margen salarial negativo de 144 millones que mejorará porque los azulgrana se excedieron contando con su clasificación entre los cuatro primeros, no sabe qué margen le dará LaLiga para hacer incorporaciones. Jordi Cruyff admitió que, dependiendo de la flexibilidad de Tebas, tendrán que activar un plan A, B, o C.

Escudo/Bandera Barcelona

Mateu Alemany y Xavi tendrán que elegir por dónde empezar. Si es por el crack que Laporta prometió off the record a los medios, va a ser difícil. Las prioridades eran Haaland, Salah o Lewandowski y los tres parecen lejanísimos. Si existe alguna opción, es el polaco. Y empezar un proyecto de futuro por un delantero de 34 años no tiene un consenso absoluto. El Barça de Rijkaard se puso en pie con Ronaldinho como estrella. Tenía 23 años. Y el de Guardiola, con Messi, que tenía 21.

Lo más urgente para el Barça es resolver el jeroglífico de la plantilla actual. Primero, debe resolver las renovaciones. La ampliación de Gavi podría cerrarse la próxima semana; la de Dembélé sigue pendiente de una última reunión. Sergi Roberto seguirá un año en otra decisión que ha generado controversia.

Salidas

Soltar lastre es otra de las claves. Xavi no cuenta, de momento, con Neto, Mingueza, Lenglet, Umtiti, Riqui Puig, Braithwaite, Adama y Luuk de Jong. Queda pendiente el espinoso caso de Alves, que quiere seguir un año más pero que está al límite físico. El Barça sufre en el lateral derecho y su continuidad no parece fácil. El club azulgrana tiene otro puñado de futbolistas cedidos que tendrán que volver y a los que tendrá que dar salida. Coutinho, después de un gran inicio en el Villa, ha ido perdiendo fuerza. Pjanic y Trincao no están en los planes del técnico y el futuro de Collado e Iñaki Peña tampoco está claro. El primero podría ampliar su contrato y, según lo visto en la pretemporada, seguir o entrar en alguna operación. Iñaki Peña, cedido en el Galatasaray, quiere minutos y, con Ter Stegen, eso no parece sencillo. Su condición de segundo portero la próxima temporada tampoco está claro.

Habrá fichajes

Los de Christensen, procedente del Chelsea, y Kessié, que llegará desde el Milan, están a falta de firma. El de Azpilicueta, un comodín para el puesto de central y los laterales, pendiente de que el Chelsea cumpla su palabra de liberarlo. Desde allí también podría llegar Marcos Alonso, que ha pedido a los blues regresar a España. Javi Galán es otra de las alternativas para dar oxígeno a Alba. Y el brasileño Raphinha está pendiente del futuro de Dembélé.

La gran cuestión del verano, sin embargo, tiene que ver con la noticia que adelantó AS el pasado lunes. El Barça necesita una gran venta y el elegido es Frenkie de Jong, que no ha terminado de romper en crack en sus tres temporadas en el Barça. Se le valora futbolísticamente, pero no ha sido el líder del nuevo proyecto azulgrana. El club necesita hacer caja y liberar masa salarial. Si llega una oferta potente por Frenkie de Jong, el holandés se marchará y el Barça se reforzará con Carlos Soler, con quien ya hay un pacto.

Lo que no cambiará en el Barça serán los capitanes. Sergio Busquets (34 años en julio), Piqué (35 cumplidos ya en febrero), Jordi Alba (33) y Sergi Roberto (30) seguirán vistiendo de azulgrana. Hay voces que piden un relevo, pero Xavi asegura que su compromiso les emociona. Por ahí, todavía no ha empezado el futuro en el Barça.

Empieza el futuro

Según Xavi, hay “diagnóstico” sobre qué necesita el Barça 2022-23. Así que, a trabajar. Garantizada la clasificación para la Champions con el triunfo ante el Betis, es el momento de que el club azulgrana se ponga a cerrar carpetas.

La planificación, sin embargo, tiene un problema de entrada. El Barça, que actualmente tiene un margen salarial negativo de 144 millones que mejorará porque los azulgrana se excedieron contando con su clasificación entre los cuatro primeros, no sabe qué margen le dará LaLiga para hacer incorporaciones. Jordi Cruyff admitió que, dependiendo de la flexibilidad de Tebas, tendrán que activar un plan A, B, o C.

Escudo/Bandera Barcelona

Mateu Alemany y Xavi tendrán que elegir por dónde empezar. Si es por el crack que Laporta prometió off the record a los medios, va a ser difícil. Las prioridades eran Haaland, Salah o Lewandowski y los tres parecen lejanísimos. Si existe alguna opción, es el polaco. Y empezar un proyecto de futuro por un delantero de 34 años no tiene un consenso absoluto. El Barça de Rijkaard se puso en pie con Ronaldinho como estrella. Tenía 23 años. Y el de Guardiola, con Messi, que tenía 21.

Lo más urgente para el Barça es resolver el jeroglífico de la plantilla actual. Primero, debe resolver las renovaciones. La ampliación de Gavi podría cerrarse la próxima semana; la de Dembélé sigue pendiente de una última reunión. Sergi Roberto seguirá un año en otra decisión que ha generado controversia.

Salidas

Soltar lastre es otra de las claves. Xavi no cuenta, de momento, con Neto, Mingueza, Lenglet, Umtiti, Riqui Puig, Braithwaite, Adama y Luuk de Jong. Queda pendiente el espinoso caso de Alves, que quiere seguir un año más pero que está al límite físico. El Barça sufre en el lateral derecho y su continuidad no parece fácil. El club azulgrana tiene otro puñado de futbolistas cedidos que tendrán que volver y a los que tendrá que dar salida. Coutinho, después de un gran inicio en el Villa, ha ido perdiendo fuerza. Pjanic y Trincao no están en los planes del técnico y el futuro de Collado e Iñaki Peña tampoco está claro. El primero podría ampliar su contrato y, según lo visto en la pretemporada, seguir o entrar en alguna operación. Iñaki Peña, cedido en el Galatasaray, quiere minutos y, con Ter Stegen, eso no parece sencillo. Su condición de segundo portero la próxima temporada tampoco está claro.

Habrá fichajes

Los de Christensen, procedente del Chelsea, y Kessié, que llegará desde el Milan, están a falta de firma. El de Azpilicueta, un comodín para el puesto de central y los laterales, pendiente de que el Chelsea cumpla su palabra de liberarlo. Desde allí también podría llegar Marcos Alonso, que ha pedido a los blues regresar a España. Javi Galán es otra de las alternativas para dar oxígeno a Alba. Y el brasileño Raphinha está pendiente del futuro de Dembélé.

La gran cuestión del verano, sin embargo, tiene que ver con la noticia que adelantó AS el pasado lunes. El Barça necesita una gran venta y el elegido es Frenkie de Jong, que no ha terminado de romper en crack en sus tres temporadas en el Barça. Se le valora futbolísticamente, pero no ha sido el líder del nuevo proyecto azulgrana. El club necesita hacer caja y liberar masa salarial. Si llega una oferta potente por Frenkie de Jong, el holandés se marchará y el Barça se reforzará con Carlos Soler, con quien ya hay un pacto.

Lo que no cambiará en el Barça serán los capitanes. Sergio Busquets (34 años en julio), Piqué (35 cumplidos ya en febrero), Jordi Alba (33) y Sergi Roberto (30) seguirán vistiendo de azulgrana. Hay voces que piden un relevo, pero Xavi asegura que su compromiso les emociona. Por ahí, todavía no ha empezado el futuro en el Barça.