Los cracks dan calabazas

Hace tiempo que en el Barcelona conviven dos discursos en lo que hace referencia a la planificación de futuro. Uno es el optimista que lidera el presidente Joan Laporta, que siempre ha apostado por la contratación de una estrella que lidere el próximo proyecto. El otro, es mucho más conservador por no decir realista. Hasta ahora era el director de fútbol Mateo Alemany el que se encargaba de enfriar ciertos sueños de grandeza. De un tiempo a esta parte, el técnico Xavi Hernández, que no hacía mucho estaba convencido de que este verano iba a llegar una estrella, ha rebajado públicamente su relato. La situación económica se impone y los cracks mundiales van dando calabazas al Barça.

Antes de jugar ante el Celta, Xavi fue clarísimo al ser preguntado por refuerzos de nivel: “Veremos lo que podemos hacer porque nos marca la situación económica. Si no tienes dinero, igual tienes que obrar de otra manera. Es una obviedad, dependemos del dinero. Hemos hecho un diagnóstico futbolístico. Luego está el económico. Somos muy claros en lo que queremos de cara al año que viene y todo lo que se pueda hacer lo intentaremos hacer”.

Antes de enfrentarse al Celta, el fichaje de Haaland, con el que el entrenador catalán se había entrevistado en Alemania parecía estar a punto de cerrarse con el City y Xavi ya asumió que “el City tiene un bagaje tremendo. Si pasa lo que estáis diciendo, será por el tema financiero“. El martes, con el trato ya cerrado abundó en el argumento: “Le deseo lo mejor a Haaland. Nosotros no hemos podido competir por él. Imposible competir a nivel económico”.

Y es que las calabazas de Haaland, al Barça vienen a ser el anticipo de lo que puede ser una constante en estos meses. Salah, del Liverpool, presentó unas aspiraciones económicas en cuanto a salario inasumibles para el club blaugrana.

Lewandoski, del Bayern, tampoco parece estar al alcance del Barça por diversos motivos. Por un lado, le queda un año de contrato con el Bayern, que no tiene intención de desprenderse de su goleador sin tener asegurado un relevo de garantías. Y por otro, el polaco, al que le seduce la idea de cambiar de aires, demanda tres años de contrato. Un compromiso que ante su edad hace cuestionable la operación con vistas de futuro.

Ante estas operaciones que son imposibles a nivel financiero si no se activan de manera urgente las “palancas económicas” que lleva tiempo prometiendo el presidente Laporta (firma con CVC u otro fondo, venta de jugadores, venta del 49% de Barça Studios y de la división de merchandising) al Barça le toca hacer un ejercicio de realismo.

Un discurso que exponen cada vez más claramente Xavi y Alemany y que se ciñe a refuerzos que lleguen con la carta de libertad. Las calabazas duelen y al Barça le están llegando por todas partes.

Escudo/Bandera Barcelona