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Estado de necesidad contra estado de felicidad en el Wanda

Es un derbi de entreguerras para el Madrid, la que ya ganó aquí y la que le espera en París, y de guerra total para el Atlético, porque de este y de los otros tres partidos que le restan (Elche, Sevilla y Real Sociedad) depende qué va a ser mañana (sigue el partido en directo en AS.com). Al Madrid le faltarán el pasillo (cortesía o humillación, según quien lo explique), el drama y algunos titulares. Al Atlético le sobrarán sus últimas actuaciones y el estado de necesidad. Veinte puntos les separan, que metidos en el fragor de un derbi se quedan en nada.

Gran parte de la cuestión está en cuántos jugadores principales se perdonará Ancelotti, que ha preparado el partido con un solo entrenamiento. Nunca es fácil la gestión de las semanas previas a una final de Champions sin más objetivo que ese. Se le encuentran pegas a sobrecargar a los titulares y también a mantenerlos más inactivos de la cuenta. Haga lo que haga el italiano, el Madrid resultará competitivo porque ha encontrado un banquillo donde parecía no haberlo. El miércoles completó su milagro ante el City con Camavinga, Valverde y Ceballos en el medio y sin su santísima trinidad (Kroos, Casemiro y Modric). Hoy Ceballos es una de las seis bajas del equipo. También faltarán Isco, Alaba, Bale, Hazard y Marcelo. El único seguro es Lunin, anunciado por Ancelotti. Hasta ahora solo había jugado en Copa ante Alcoyano y Elche.

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Lunin, en el entrenamiento de este sábado en Valdebebas.
Realmadrid.com

Camavinga ha disputado ocho de los últimos nueve partidos con notable éxito. De hecho, roza ya la titularidad. Le acompañarán Valverde y uno de los tres intocables por determinar en el centro del campo. También se espera a Asensio y Rodrygo, multihéroe de esta Champions. La carga de energía de los jóvenes le permitió al Madrid ganar sobradamente a Osasuna y Espanyol cuando aún no era campeón.

Un ataque nuevo

Por razones diametralmente opuestas también quedarán muchas de las estrellas del Atlético fuera del once. Nada le ha salido al campeón como esperaba. João Félix y Lemar probablemente no volverán en lo que resta de temporada y los dos presuntos goleadores del equipo han andado muy por debajo de sus posibilidades.

Griezmann marcó en los cinco años de su primera etapa en el Atlético 25, 31, 26, 29 y 20 goles y en sus dos años en el Barça, menos productivos, 15 y 19. En esta campaña lleva ocho. Luis Suárez, que hizo 21 tantos en curso pasada y fue la pieza clave en la conquista del título, también ha ido a menos: solo 13 en esta. En cualquier caso, su media de tantos por partido no ha caído demasiado (uno cada 142′ en la 20-21, uno cada 170′ en la 21-22). Tanto el francés como el uruguayo apuntan hoy al banquillo para dejar paso a los dos atacantes que menos han jugado pero mejor han funcionado: Cunha, muy apreciado por la grada, y Correa, segundo goleador del equipo (12 tantos) y el futbolista de mayor rendimiento en la plantilla, según datos de la inteligencia artificial Olocip.

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Oblak, durante su último entrenamiento con el Atlético.
Atlético de Madrid

Ese mismo indicador sitúa en la cola a Oblak. Y el resto de datos que acompañan colocan al esloveno en ojo del huracán. Al Atlético le han disparado menos que hace un año (9,2 veces por partido frente a 9,5) y, sin embargo, y a falta de cuatro jornadas, le han metido 16 goles más. En realidad, casi todos los registros se acercan a los del equipo campeón, menos el de los tantos encajados. En las ocho temporadas completas de Simeone al frente del equipo, jamás el Atlético había recibido más de 31 goles. Ahora lleva diez más. Otro indicador sorprendente es que Llorente, autor de 13 tantos el año pasado, aún no se ha estrenado. Simeone recupera hoy a Savic, cumplida su sanción, y Reinildo, absuelto por Apelación. Todos los indicios apuntan a una defensa de cuatro y a una vuelta al once De Paul y Koke.

Ancelotti y Simeone, viejos conocidos

En el cruce de rachas pierde mucho el Atlético, que solo ha ganado uno de sus seis últimos partidos. Mientras, el Madrid lo ha ganado todo en la Liga después del 0-4 del Clásico. Para Ancelotti será un duelo familiar. En los dos años de su etapa anterior en el Madrid jugó trece partidos ante el Atlético. Se vio en una final de Champions y en unos cuartos, en dos eliminatorias de Copa del Rey, en una Supercopa de España y en cuatro partidos de Liga. De estos últimos, no ganó ninguno. Su primer triunfo en la competición llegó en la ida de esta Liga. También se midió al Atlético dirigiendo a Chelsea y Bayern.

Al otro lado, Simeone puso en sus inicios fin a aquellos más de diez años sin que el Atlético conquistase un derbi (aún escuece aquella pancarta sobre la búsqueda de un rival digno), pero ahora lleva ocho consecutivos sin imponerse al Madrid, que está invicto en sus cuatro visitas al Wanda Metropolitano. Hoy se verá si pesa más el estado de necesidad o el de felicidad y si le sientan mejor al cuerpo los ansiolíticos o el cava.

Clasificación

Líderes

Paradas del portero

Asistencias totales

Faltas cometidas

Faltas recibidas

Tarjetas rojas




0

Tarjetas amarillas

Recuperaciones de posesión

Pases por partido

Estado de necesidad contra estado de felicidad en el Wanda

Es un derbi de entreguerras para el Madrid, la que ya ganó aquí y la que le espera en París, y de guerra total para el Atlético, porque de este y de los otros tres partidos que le restan (Elche, Sevilla y Real Sociedad) depende qué va a ser mañana (sigue el partido en directo en AS.com). Al Madrid le faltarán el pasillo (cortesía o humillación, según quien lo explique), el drama y algunos titulares. Al Atlético le sobrarán sus últimas actuaciones y el estado de necesidad. Veinte puntos les separan, que metidos en el fragor de un derbi se quedan en nada.

Gran parte de la cuestión está en cuántos jugadores principales se perdonará Ancelotti, que ha preparado el partido con un solo entrenamiento. Nunca es fácil la gestión de las semanas previas a una final de Champions sin más objetivo que ese. Se le encuentran pegas a sobrecargar a los titulares y también a mantenerlos más inactivos de la cuenta. Haga lo que haga el italiano, el Madrid resultará competitivo porque ha encontrado un banquillo donde parecía no haberlo. El miércoles completó su milagro ante el City con Camavinga, Valverde y Ceballos en el medio y sin su santísima trinidad (Kroos, Casemiro y Modric). Hoy Ceballos es una de las seis bajas del equipo. También faltarán Isco, Alaba, Bale, Hazard y Marcelo. El único seguro es Lunin, anunciado por Ancelotti. Hasta ahora solo había jugado en Copa ante Alcoyano y Elche.

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Lunin, en el entrenamiento de este sábado en Valdebebas.
Realmadrid.com

Camavinga ha disputado ocho de los últimos nueve partidos con notable éxito. De hecho, roza ya la titularidad. Le acompañarán Valverde y uno de los tres intocables por determinar en el centro del campo. También se espera a Asensio y Rodrygo, multihéroe de esta Champions. La carga de energía de los jóvenes le permitió al Madrid ganar sobradamente a Osasuna y Espanyol cuando aún no era campeón.

Un ataque nuevo

Por razones diametralmente opuestas también quedarán muchas de las estrellas del Atlético fuera del once. Nada le ha salido al campeón como esperaba. João Félix y Lemar probablemente no volverán en lo que resta de temporada y los dos presuntos goleadores del equipo han andado muy por debajo de sus posibilidades.

Griezmann marcó en los cinco años de su primera etapa en el Atlético 25, 31, 26, 29 y 20 goles y en sus dos años en el Barça, menos productivos, 15 y 19. En esta campaña lleva ocho. Luis Suárez, que hizo 21 tantos en curso pasada y fue la pieza clave en la conquista del título, también ha ido a menos: solo 13 en esta. En cualquier caso, su media de tantos por partido no ha caído demasiado (uno cada 142′ en la 20-21, uno cada 170′ en la 21-22). Tanto el francés como el uruguayo apuntan hoy al banquillo para dejar paso a los dos atacantes que menos han jugado pero mejor han funcionado: Cunha, muy apreciado por la grada, y Correa, segundo goleador del equipo (12 tantos) y el futbolista de mayor rendimiento en la plantilla, según datos de la inteligencia artificial Olocip.

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Oblak, durante su último entrenamiento con el Atlético.
Atlético de Madrid

Ese mismo indicador sitúa en la cola a Oblak. Y el resto de datos que acompañan colocan al esloveno en ojo del huracán. Al Atlético le han disparado menos que hace un año (9,2 veces por partido frente a 9,5) y, sin embargo, y a falta de cuatro jornadas, le han metido 16 goles más. En realidad, casi todos los registros se acercan a los del equipo campeón, menos el de los tantos encajados. En las ocho temporadas completas de Simeone al frente del equipo, jamás el Atlético había recibido más de 31 goles. Ahora lleva diez más. Otro indicador sorprendente es que Llorente, autor de 13 tantos el año pasado, aún no se ha estrenado. Simeone recupera hoy a Savic, cumplida su sanción, y Reinildo, absuelto por Apelación. Todos los indicios apuntan a una defensa de cuatro y a una vuelta al once De Paul y Koke.

Ancelotti y Simeone, viejos conocidos

En el cruce de rachas pierde mucho el Atlético, que solo ha ganado uno de sus seis últimos partidos. Mientras, el Madrid lo ha ganado todo en la Liga después del 0-4 del Clásico. Para Ancelotti será un duelo familiar. En los dos años de su etapa anterior en el Madrid jugó trece partidos ante el Atlético. Se vio en una final de Champions y en unos cuartos, en dos eliminatorias de Copa del Rey, en una Supercopa de España y en cuatro partidos de Liga. De estos últimos, no ganó ninguno. Su primer triunfo en la competición llegó en la ida de esta Liga. También se midió al Atlético dirigiendo a Chelsea y Bayern.

Al otro lado, Simeone puso en sus inicios fin a aquellos más de diez años sin que el Atlético conquistase un derbi (aún escuece aquella pancarta sobre la búsqueda de un rival digno), pero ahora lleva ocho consecutivos sin imponerse al Madrid, que está invicto en sus cuatro visitas al Wanda Metropolitano. Hoy se verá si pesa más el estado de necesidad o el de felicidad y si le sientan mejor al cuerpo los ansiolíticos o el cava.

Clasificación

Líderes

Paradas del portero

Asistencias totales

Faltas cometidas

Faltas recibidas

Tarjetas rojas




0

Tarjetas amarillas

Recuperaciones de posesión

Pases por partido

En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

6

Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

6

Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

6

Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

Los peligros de la sangre en la orina I MARCA

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José Luis Garci: “Me gustaría salir siempre a ganar, regalamos las primeras partes”

José Luis Garci ‘vuelve a empezar’ todas las mañanas con la tranquilidad del que no tiene teléfono propio, ni ordenador, ni internet, ni coche… Tiene lo que quiere tener, entre otras muchas propiedades un desatado entusiasmo por el Atleti, como él dice, que solo comparte con el Sporting de Gijón por herencia paterna.

—”¿Papá por qué somos del Atleti?” le preguntaba aquel niño a su padre…

—Y pensar que de chaval era socio infantil del Real Madrid, en el fondo sur, de pie. Al Metropolitano podíamos ir gratis a tribuna porque mi padre era amigo del Marqués de la Florida, un conocido directivo atlético de la época. El Metropolitano era un campo con su gradona alta; el nuevo Chamartín ya fue un estadio como tal. La verdad es que siempre tuve una mayor inclinación sentimental por el Atleti, quizás también porque llevaba los mismos colores que el Sporting, que era el equipo de mi familia. En aquel mundo un tanto gris de la posguerra, las rayas rojas y el pantalón azul llamaban más la atención que los blancos del Madrid, del Valencia, del Sevilla…

—Y desde entonces el fútbol ya no salió nunca de su vida… y su identificación con el Atlético se hizo eterna.

—Al fútbol siempre lo he visto como una vida de repuesto, como el cine. Nunca he dramatizado por una derrota. Me gustaba ver, escuchar lo que me contaba mi padre. Nunca le vi gritar a nadie. Me identifiqué tanto con el Atlético que tengo la insignia de oro y brillantes del club, como también tengo la del Sporting. Pero debo ser de los pocos que no solo no es antimadridista, sino que tiene simpatía por el Madrid. Es lo normal, es también el equipo de mi ciudad y sería absurdo que estuviera en contra…

—O sea que no termina de entender que su club haya decidido no hacerle el pasillo esta noche…

—Me parece absurdo. Se lo decía el otro día a Petón. Es un acto de generosidad dar la mano o felicitar al equipo que acaba de ganar la Liga. Nunca he sido fanático de nada y en el fútbol menos. A la gente no le gusta el fútbol, le gusta que gane su equipo. A mí me gusta que mi equipo gane, pero también que juegue bien.

—¿Cuál ha sido el derbi de su vida?

—La final de Copa del Rey que se ganó en el Bernabéu en 2013 con el gol de Miranda en la prórroga. Canté el gol antes de sacar el córner. Fue el mayor momento de esplendor y brillo de este Atleti de Simeone. Todo estaba encajado. Fue el equipo que dio paso al que pudo ganar la Champions en Lisboa. Me recordaba al Atleti del 74 que llegó a la final de la Copa de Europa con Luis, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Alberto… Adelardo ha sido para mí el mejor jugador que ha tenido nunca el club. Jugó en los mejores ‘Atletis’ en varias etapas.

“Es absurdo no hacer el pasillo, es un acto de generosidad estrechar la mano al campeón”

—¿Y su relación sentimental con Simeone después de 10 años como ésta en estos momentos?

—No me parece que jugar con cinco defensas sea de un equipo muy campeón. Aunque el año pasado ganó jugando de esta forma. Se llega arriba con poca gente, es difícil meter goles. La caída del Atleti empieza en la segunda vuelta del año pasado en la que casi pierde los 15 puntos que llevaba de ventaja. El final fue agónico. Este año ha sido todo en caída. Me pueden decir que antes jugaban igual, pero cualquier lateral que se compare nunca va a ser como el mejor Juanfran o el mejor Filipe; ningún central va a ser como Godín…. O el mejor Gabi. Ya no está Villa. Puedes jugar igual, pero los jugadores no son los mismos. Si no tienes buenos jugadores para tu sistema, no funciona… Veo hasta difícil clasificarnos para la Champions. El otro día en Bilbao había que salir a ganar y regalamos la primera parte. Siempre regalamos las primeras partes… No entiendo por qué. Contra el City de cuatro partes, se regalaron tres…

—¿Qué derbi espera esta noche?

—Complicado, espero un Madrid que va a salir a ganar. El Madrid siempre da la cara. La gente habla de milagros, pero el Madrid es especial desde que llegó Di Stéfano. Siempre es un equipo de una enorme calidad. Incluso se vio ante el City: Courtois, Benzema… Luego, siempre ha tenido la entrega, incluso los jugadores más finos estilistas. También tienen una fe inquebrantable, como la fe que tienen los feligreses que salen en las procesiones. El Madrid es una religión. Y el cuarto ingrediente es la suerte, no se puede tener todo eso sin tener suerte.

—Hombre los atléticos siempre han presumido de ser también una religión…

—No, el Atleti es un misterio, hace cosas desconcertantes. No hay una lógica en él. Pero siempre, desde aquel Atlético de Aviación. Un equipo que se transforma para bien o para mal. Y los jugadores también son misteriosos. Tiene el fatalismo romántico del cine negro, el cine de los perdedores, pero los perdedores no se enfadan, al contrario. La noche que nos eliminó el City allí nos quedamos, aplaudiendo. El Madrid, sin embargo, es como la película Casablanca, una sucesión de milagros continuada.

—Le veo escéptico, o quizás ‘quemado’ con los suyos…

—El Atlético tiene que renovarse, no sé si en cuanto a jugadores, pero sí en cuanto a la manera de jugar. Simeone ha demostrado ser un entrenador extraordinario que ha ganado todo menos la Champions con su forma de jugar, pero debería darle una vuelta de tuerca y decir ahora, además, vamos a jugar bien. Ya nos ha demostrado que se puede ganar bien de esa manera, ahora me iría más a Menotti. Vamos a jugar bien, vamos a tocar la pelota, no como ahora que parece un equipo de balonmano, tocando de un lado a otro, pero sin profundidad. Sería fantástico que diera ese cambio, sería un aliciente para la temporada próxima. Veo difícil la clasificación para la Champions. No le veo ganando al Madrid, al Sevilla, a la Real… No le veo decir vamos a salir a ganar. Se trata de creer o no creer.

—¿Cuál fue el mejor Atlético de su vida?

—Oblak; Rivilla, Luis Pereira, Godín, Calleja; Adelardo, Simeone, Luis; Ufarte, Gárate y Collar… Y por épocas el que ganó la Recopa a la Fiorentina en 1962 después de ganarle dos Copas al Real Madrid en el Bernabéu los dos años anteriores.

José Luis Garci: “Me gustaría salir siempre a ganar, regalamos las primeras partes”

José Luis Garci ‘vuelve a empezar’ todas las mañanas con la tranquilidad del que no tiene teléfono propio, ni ordenador, ni internet, ni coche… Tiene lo que quiere tener, entre otras muchas propiedades un desatado entusiasmo por el Atleti, como él dice, que solo comparte con el Sporting de Gijón por herencia paterna.

—”¿Papá por qué somos del Atleti?” le preguntaba aquel niño a su padre…

—Y pensar que de chaval era socio infantil del Real Madrid, en el fondo sur, de pie. Al Metropolitano podíamos ir gratis a tribuna porque mi padre era amigo del Marqués de la Florida, un conocido directivo atlético de la época. El Metropolitano era un campo con su gradona alta; el nuevo Chamartín ya fue un estadio como tal. La verdad es que siempre tuve una mayor inclinación sentimental por el Atleti, quizás también porque llevaba los mismos colores que el Sporting, que era el equipo de mi familia. En aquel mundo un tanto gris de la posguerra, las rayas rojas y el pantalón azul llamaban más la atención que los blancos del Madrid, del Valencia, del Sevilla…

—Y desde entonces el fútbol ya no salió nunca de su vida… y su identificación con el Atlético se hizo eterna.

—Al fútbol siempre lo he visto como una vida de repuesto, como el cine. Nunca he dramatizado por una derrota. Me gustaba ver, escuchar lo que me contaba mi padre. Nunca le vi gritar a nadie. Me identifiqué tanto con el Atlético que tengo la insignia de oro y brillantes del club, como también tengo la del Sporting. Pero debo ser de los pocos que no solo no es antimadridista, sino que tiene simpatía por el Madrid. Es lo normal, es también el equipo de mi ciudad y sería absurdo que estuviera en contra…

—O sea que no termina de entender que su club haya decidido no hacerle el pasillo esta noche…

—Me parece absurdo. Se lo decía el otro día a Petón. Es un acto de generosidad dar la mano o felicitar al equipo que acaba de ganar la Liga. Nunca he sido fanático de nada y en el fútbol menos. A la gente no le gusta el fútbol, le gusta que gane su equipo. A mí me gusta que mi equipo gane, pero también que juegue bien.

—¿Cuál ha sido el derbi de su vida?

—La final de Copa del Rey que se ganó en el Bernabéu en 2013 con el gol de Miranda en la prórroga. Canté el gol antes de sacar el córner. Fue el mayor momento de esplendor y brillo de este Atleti de Simeone. Todo estaba encajado. Fue el equipo que dio paso al que pudo ganar la Champions en Lisboa. Me recordaba al Atleti del 74 que llegó a la final de la Copa de Europa con Luis, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Alberto… Adelardo ha sido para mí el mejor jugador que ha tenido nunca el club. Jugó en los mejores ‘Atletis’ en varias etapas.

“Es absurdo no hacer el pasillo, es un acto de generosidad estrechar la mano al campeón”

—¿Y su relación sentimental con Simeone después de 10 años como ésta en estos momentos?

—No me parece que jugar con cinco defensas sea de un equipo muy campeón. Aunque el año pasado ganó jugando de esta forma. Se llega arriba con poca gente, es difícil meter goles. La caída del Atleti empieza en la segunda vuelta del año pasado en la que casi pierde los 15 puntos que llevaba de ventaja. El final fue agónico. Este año ha sido todo en caída. Me pueden decir que antes jugaban igual, pero cualquier lateral que se compare nunca va a ser como el mejor Juanfran o el mejor Filipe; ningún central va a ser como Godín…. O el mejor Gabi. Ya no está Villa. Puedes jugar igual, pero los jugadores no son los mismos. Si no tienes buenos jugadores para tu sistema, no funciona… Veo hasta difícil clasificarnos para la Champions. El otro día en Bilbao había que salir a ganar y regalamos la primera parte. Siempre regalamos las primeras partes… No entiendo por qué. Contra el City de cuatro partes, se regalaron tres…

—¿Qué derbi espera esta noche?

—Complicado, espero un Madrid que va a salir a ganar. El Madrid siempre da la cara. La gente habla de milagros, pero el Madrid es especial desde que llegó Di Stéfano. Siempre es un equipo de una enorme calidad. Incluso se vio ante el City: Courtois, Benzema… Luego, siempre ha tenido la entrega, incluso los jugadores más finos estilistas. También tienen una fe inquebrantable, como la fe que tienen los feligreses que salen en las procesiones. El Madrid es una religión. Y el cuarto ingrediente es la suerte, no se puede tener todo eso sin tener suerte.

—Hombre los atléticos siempre han presumido de ser también una religión…

—No, el Atleti es un misterio, hace cosas desconcertantes. No hay una lógica en él. Pero siempre, desde aquel Atlético de Aviación. Un equipo que se transforma para bien o para mal. Y los jugadores también son misteriosos. Tiene el fatalismo romántico del cine negro, el cine de los perdedores, pero los perdedores no se enfadan, al contrario. La noche que nos eliminó el City allí nos quedamos, aplaudiendo. El Madrid, sin embargo, es como la película Casablanca, una sucesión de milagros continuada.

—Le veo escéptico, o quizás ‘quemado’ con los suyos…

—El Atlético tiene que renovarse, no sé si en cuanto a jugadores, pero sí en cuanto a la manera de jugar. Simeone ha demostrado ser un entrenador extraordinario que ha ganado todo menos la Champions con su forma de jugar, pero debería darle una vuelta de tuerca y decir ahora, además, vamos a jugar bien. Ya nos ha demostrado que se puede ganar bien de esa manera, ahora me iría más a Menotti. Vamos a jugar bien, vamos a tocar la pelota, no como ahora que parece un equipo de balonmano, tocando de un lado a otro, pero sin profundidad. Sería fantástico que diera ese cambio, sería un aliciente para la temporada próxima. Veo difícil la clasificación para la Champions. No le veo ganando al Madrid, al Sevilla, a la Real… No le veo decir vamos a salir a ganar. Se trata de creer o no creer.

—¿Cuál fue el mejor Atlético de su vida?

—Oblak; Rivilla, Luis Pereira, Godín, Calleja; Adelardo, Simeone, Luis; Ufarte, Gárate y Collar… Y por épocas el que ganó la Recopa a la Fiorentina en 1962 después de ganarle dos Copas al Real Madrid en el Bernabéu los dos años anteriores.