José Luis Garci: “Me gustaría salir siempre a ganar, regalamos las primeras partes”

José Luis Garci ‘vuelve a empezar’ todas las mañanas con la tranquilidad del que no tiene teléfono propio, ni ordenador, ni internet, ni coche… Tiene lo que quiere tener, entre otras muchas propiedades un desatado entusiasmo por el Atleti, como él dice, que solo comparte con el Sporting de Gijón por herencia paterna.

—”¿Papá por qué somos del Atleti?” le preguntaba aquel niño a su padre…

—Y pensar que de chaval era socio infantil del Real Madrid, en el fondo sur, de pie. Al Metropolitano podíamos ir gratis a tribuna porque mi padre era amigo del Marqués de la Florida, un conocido directivo atlético de la época. El Metropolitano era un campo con su gradona alta; el nuevo Chamartín ya fue un estadio como tal. La verdad es que siempre tuve una mayor inclinación sentimental por el Atleti, quizás también porque llevaba los mismos colores que el Sporting, que era el equipo de mi familia. En aquel mundo un tanto gris de la posguerra, las rayas rojas y el pantalón azul llamaban más la atención que los blancos del Madrid, del Valencia, del Sevilla…

—Y desde entonces el fútbol ya no salió nunca de su vida… y su identificación con el Atlético se hizo eterna.

—Al fútbol siempre lo he visto como una vida de repuesto, como el cine. Nunca he dramatizado por una derrota. Me gustaba ver, escuchar lo que me contaba mi padre. Nunca le vi gritar a nadie. Me identifiqué tanto con el Atlético que tengo la insignia de oro y brillantes del club, como también tengo la del Sporting. Pero debo ser de los pocos que no solo no es antimadridista, sino que tiene simpatía por el Madrid. Es lo normal, es también el equipo de mi ciudad y sería absurdo que estuviera en contra…

—O sea que no termina de entender que su club haya decidido no hacerle el pasillo esta noche…

—Me parece absurdo. Se lo decía el otro día a Petón. Es un acto de generosidad dar la mano o felicitar al equipo que acaba de ganar la Liga. Nunca he sido fanático de nada y en el fútbol menos. A la gente no le gusta el fútbol, le gusta que gane su equipo. A mí me gusta que mi equipo gane, pero también que juegue bien.

—¿Cuál ha sido el derbi de su vida?

—La final de Copa del Rey que se ganó en el Bernabéu en 2013 con el gol de Miranda en la prórroga. Canté el gol antes de sacar el córner. Fue el mayor momento de esplendor y brillo de este Atleti de Simeone. Todo estaba encajado. Fue el equipo que dio paso al que pudo ganar la Champions en Lisboa. Me recordaba al Atleti del 74 que llegó a la final de la Copa de Europa con Luis, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Alberto… Adelardo ha sido para mí el mejor jugador que ha tenido nunca el club. Jugó en los mejores ‘Atletis’ en varias etapas.

“Es absurdo no hacer el pasillo, es un acto de generosidad estrechar la mano al campeón”

—¿Y su relación sentimental con Simeone después de 10 años como ésta en estos momentos?

—No me parece que jugar con cinco defensas sea de un equipo muy campeón. Aunque el año pasado ganó jugando de esta forma. Se llega arriba con poca gente, es difícil meter goles. La caída del Atleti empieza en la segunda vuelta del año pasado en la que casi pierde los 15 puntos que llevaba de ventaja. El final fue agónico. Este año ha sido todo en caída. Me pueden decir que antes jugaban igual, pero cualquier lateral que se compare nunca va a ser como el mejor Juanfran o el mejor Filipe; ningún central va a ser como Godín…. O el mejor Gabi. Ya no está Villa. Puedes jugar igual, pero los jugadores no son los mismos. Si no tienes buenos jugadores para tu sistema, no funciona… Veo hasta difícil clasificarnos para la Champions. El otro día en Bilbao había que salir a ganar y regalamos la primera parte. Siempre regalamos las primeras partes… No entiendo por qué. Contra el City de cuatro partes, se regalaron tres…

—¿Qué derbi espera esta noche?

—Complicado, espero un Madrid que va a salir a ganar. El Madrid siempre da la cara. La gente habla de milagros, pero el Madrid es especial desde que llegó Di Stéfano. Siempre es un equipo de una enorme calidad. Incluso se vio ante el City: Courtois, Benzema… Luego, siempre ha tenido la entrega, incluso los jugadores más finos estilistas. También tienen una fe inquebrantable, como la fe que tienen los feligreses que salen en las procesiones. El Madrid es una religión. Y el cuarto ingrediente es la suerte, no se puede tener todo eso sin tener suerte.

—Hombre los atléticos siempre han presumido de ser también una religión…

—No, el Atleti es un misterio, hace cosas desconcertantes. No hay una lógica en él. Pero siempre, desde aquel Atlético de Aviación. Un equipo que se transforma para bien o para mal. Y los jugadores también son misteriosos. Tiene el fatalismo romántico del cine negro, el cine de los perdedores, pero los perdedores no se enfadan, al contrario. La noche que nos eliminó el City allí nos quedamos, aplaudiendo. El Madrid, sin embargo, es como la película Casablanca, una sucesión de milagros continuada.

—Le veo escéptico, o quizás ‘quemado’ con los suyos…

—El Atlético tiene que renovarse, no sé si en cuanto a jugadores, pero sí en cuanto a la manera de jugar. Simeone ha demostrado ser un entrenador extraordinario que ha ganado todo menos la Champions con su forma de jugar, pero debería darle una vuelta de tuerca y decir ahora, además, vamos a jugar bien. Ya nos ha demostrado que se puede ganar bien de esa manera, ahora me iría más a Menotti. Vamos a jugar bien, vamos a tocar la pelota, no como ahora que parece un equipo de balonmano, tocando de un lado a otro, pero sin profundidad. Sería fantástico que diera ese cambio, sería un aliciente para la temporada próxima. Veo difícil la clasificación para la Champions. No le veo ganando al Madrid, al Sevilla, a la Real… No le veo decir vamos a salir a ganar. Se trata de creer o no creer.

—¿Cuál fue el mejor Atlético de su vida?

—Oblak; Rivilla, Luis Pereira, Godín, Calleja; Adelardo, Simeone, Luis; Ufarte, Gárate y Collar… Y por épocas el que ganó la Recopa a la Fiorentina en 1962 después de ganarle dos Copas al Real Madrid en el Bernabéu los dos años anteriores.