Flames squander lead as Pavelski's 2-goal effort carries Stars to victory, series lead

Joe Pavelski’s first home playoff game for the Dallas Stars was a memorable one.

The 37-year-old veteran scored both the equalizing and winning goals for the Stars in Saturday’s 4-2 win over the Calgary Flames to a take a 2-1 lead in their playoff series.

“First game here in Dallas in front of theses fans in the playoffs, it lived up to it,” Pavelski said. “I’d heard nothing but great things. Nice to get that win and take another step.”

Radek Faska also scored and Roope Hintz added an empty-net goal, while Stars goaltender Jake Oettinger stopped 39 shots in front of a sellout of 18,532 at American Airlines Center.

Trevor Lewis and Elias Lindholm replied for the Flames with Jacob Markstrom turning away 28 of 31 shots in Calgary’s net.

Game 4 in the best-of-seven affair is Monday in Dallas before returning to Calgary for Wednesday’s Game 5.

WATCH | Pavelski sparks Stars’ comeback win over Flames:

Pair of goals by Joe Pavelski gives Stars 2-1 series lead over Flames

1 day ago

Duration 2:04

Joe Pavelski scored twice as Dallas defeated Calgary 4-2 in game three giving the Stars a 2-1 series lead. 2:04

If necessary, Game 6 is Friday back in Dallas and a Game 7 would be Sunday in Calgary.

After Pavelski’s signing in 2019, the Stars didn’t have a home playoff game until Saturday.

Dallas reached the Stanley Cup final in Edmonton’s 2020 playoff bubble where they lost in six games to the Tampa Bay Lightning. The Stars fell short of the post-season last year.

The Flames (50-21-11) topped the Pacific Division and the Stars (46-30-6) earned the Western Conference’s first wild-card berth.

Calgary opened the conference quarterfinal with a 1-0 win before falling 2-0 to the Stars at the Saddledome.

When a best-of-seven series is tied 1-1, the winner of Game 3 holds an all-time series record of 228-110 (.675), according to NHL statisticians.

‘There’s no panic in our room’

“Win one game, we’ve got home ice back and that’s the goal coming in here,” Flames forward Blake Coleman said. “There’s no panic in our room.”

Pavelski scored his second of the game and the first power-play goal of the series for the Stars — after going 0-for-11 — at 10:05 of the third period for the go-ahead goal.

His 14th career playoff game-winner is the most among active NHL players, according to the Stars.

“He’s always around the net. He knows there’s a timing to get there,” Stars head coach Rick Bowness said. “There’s a timing anticipating the shot. He’s got it down pat.

“Sometimes when you’re power play is not clicking, you get a little tense. Our guys were a little tight. I think that goal tonight is really going to help us.”

With Coleman in the box for laying his stick on Pavelski’s arm, the latter potted a rebound off a Vladislav Namestnikov shot for his third goal of the series.

“Penalty with seven minutes left, you can’t take it,” Coleman said.

Oettinger denied Calgary’s Johnny Gaudreau on a breakaway with less than four minutes remaining in the game.

“Hard-fought, close games,” said Flames head coach Darryl Sutter. “Breakaway with about two or three minutes left. Guy’s got to put it away. Their job.”

Pavelski pulled the hosts even at 11:41 of the second period.

After Markstrom’s sprawling glove save on Stars defenceman Miro Heiskanen, Pavelski shovelled a rebound on a subsequent Heiskanen shot by Markstrom caught at his right post.

“You see the puck’s coming, you try to get free and feel like you’re boxed out, so you’re just trying to get to the next space,” Pavelski said.

“It’s nice when the pucks lay there for you and you’ve got some space to work with them.”

The Stars continued to give the Flames little real estate in front of Oettinger and force shooters to the outside, although Calgary’s first goal scored by Lewis was from close range.

The Flames were both more responsible with the puck and more of a match physically with the Stars in Game 2, but goals remained scarce in the post-season from a team that ranked sixth in the NHL in that department.

“We’ve just got to dig down a little deeper and find out what we’re made of and hit those second and third efforts,” Lewis said.

“Get to the net and get those greasy goals.”

Flames’ build up to having lead

Calgary led 2-1 at 3:40 of the second period when Lindholm capped a tic-tac-toe passing sequence by Gaudreau and Matthew Tkachuk with a one-timer.

Lewis batted in a rebound from Oettinger’s doorstep after a Milan Lucic effort there at 13:45 of the first period. Bowness was denied a challenge for goaltender interference by Lucic.

Faksa scored a four-on-four goal for the Stars at 9:21 of the opening period. Dallas and Calgary have played eight minutes of four-on-four in back-to-back games.

“We’ve got to find a way to finish,” Coleman said. “The strength of our game is five-on-five and we spent too much time with ticky-tacky, four-on-four hockey.”

Tkachuk and Stars defenceman John Klingberg continued their running feud in the series with a fight 82 seconds after the opening faceoff.

They tangled and took coincidental minors less than a minute into Game 2.

Inocencio Arias: “Con pasillo o sin pasillo, el Madrid no se va a poner versallesco”

El miércoles se le dispararon las pulsaciones con el ‘penúltimo’ éxtasis de su Real Madrid, pero el jueves ya estaba presentando en Cáceres su último libro: “Esta España nuestra”. Su agenda no es precisamente la de jubilado. El que fuera director general del Real Madrid vive ahora en la carretera. Colgado el hábito de diplomático, también el soporte político, opina de todo lo que se le pueda preguntar. Fútbol, derbi, incluido.

Don Inocencio el Real Madrid le va a costar un trozo de vida.

¡¡¡Gran día el miércoles…!!! No me lo podía creer, como todos los madridistas. Estábamos ya medio resignados. Yo pensaba si a ver si por lo menos empatábamos y no hacer el ridículo que Guardiola nos ganara en los dos campos. Ese Madrid del miércoles fue como aquel Madrid que me cautivó hace tantos años. El de Alfredo Di Stéfano, después con Butragueño y Hugo también hubo remontadas, pero lo de este año es incomparable e irrepetible. Son tres seguidas ante tres colosos que cualquiera de ellos podía haber sido campeón de Europa. Se nos apareció la Almudena, San Isidro… y sobre todos los ‘cojones’ de un equipo que parecía entregado, pero no rendido.

¿Dónde nació su fervor por el Real Madrid?

Me hice del Madrid siendo ya adulto. Me convertí al madridismo en mayo de 1961, ya tenía 21 años. Estaba acabando la carrera de Derecho en Murcia y me fui en autobús a Alicante a ver un partido de Copa, Hércules-Real Madrid. Ganaron los blancos 0-5 con dos goles de Di Stéfano, dos de Puskas y uno de Del Sol. Manolín Bueno jugó de extremo derecha y se lesionó. De todo eso y mucho más me acuerdo perfectamente. Hasta entonces mi equipo había sido el Murcia. Lo veía todos los domingos. Esa tarde iba a ver a una de las maravillas del mundo. Un equipo que venía de ganar cinco Copas de Europa consecutivas. Me deslumbró. Jugaba al fútbol entonces y vi hacer cosas a esos jugadores que hubiera sido incapaz de hacer en 120 años jugando. Y no solo lo digo por Alfredo, también por Del Sol, por Puskas… Me caí del caballo como San Pablo y pensé que no existía religión más espuria que esa, la religión blanca.

“Me convertí a la religión blanca de adulto. Tenía 21 años y fue en un partido contra el Hércules”.


Inocencio Arias

Y ya no colgó nunca los hábitos blancos.

Nunca. Estuviera donde estuviera intentaba ver los partidos. Mis primeros pasos por el Bernabéu fueron preparando ya la carrera diplomática, en el tercer anfiteatro del fondo sur. Arriba del todo, con los pies colgando. Era hasta peligroso. Nadie me impresionó más que Alfredo di Stéfano. Después disfrute con Butragueño, con Cristiano, pero nunca como don Alfredo. Nadie me ha dado más satisfacciones en mi vida. Ni Mozart ni Tolstoi ni Pérez Galdós ni Frank Sinatra… Nadie.

En aquellos años mozos suyos, el gran rival del Real Madrid era el Atlético, al menos eso decía Di Stéfano.

A mí también me lo dijo, pero los aficionados creo que ya sentíamos más rivalidad con el Barça. El Atlético de aquella época era temible. Tenían, entre otros, a Vavá, que llegó siendo el mejor jugador del mundo tras el Mundial del 58. Y después a Mendonça, a Enriquito Collar, que nos lo habían cedido antes al Murcia cuando yo estudiaba allí. Era maravilloso cómo llevaba la pelota pegada al pie. También nos cedieron a Peiró y un medio que se llamaba Buendía. Después fui mucho al Metropolitano. Mi colegio Mayor estaba a 100 metros, las entradas eran más baratas y además jugaba Collar y yo estaba enamorado de él, entre comillas, claro. Tardaba menos en ir a ver al Atlético que al Bernabéu, que además era más caro.

O sea que usted como Garci tampoco es ‘anti’…

Para nada, entre otras cosas por mi deformación profesional de diplomático. Siempre he ido con cualquier equipo español que jugara con uno extranjero.

¿Cómo contempla que el Atlético no vaya a hacer pasillo al campeón?

No me gusta, pero tampoco lo veo tan censurable como les parece a algunos. Lo que no me parece elegante es lo que se ha dicho, que no quieren participar en el escarnio. Es como cuando Piqué dice que no le gustan los valores del Real Madrid, pues yo podía decir que no me gustan los valores del Barcelona, que cada presidente que llega dice que va a hacer una inspección en el club porque no se fía del anterior; o que digan que fueron el único club antifranquista y fueron los únicos que le dieron dos medallas; o cuando se retiraron y no jugaron una semifinal de Copa… Todas esas cosas no me gustan y no las digo.

“En el año y medio que trabajé en el club el ambiente era de falsedad, chapucería e informalidad”


Inocencio Arias

Presente inmediato. El derbi contra el Atlético. ¿Espera un Madrid ya campeón, de vacaciones y pensando en la Champions?

No. El Madrid nunca se deja ir. Va a competir. Con los problemas lógicos que tendrá de cansancio, de lesionados, pero el Madrid nunca baja los brazos y menos contra el Atlético. Sin pasillo o con pasillo el estilo del Madrid es competir y ganar. No se va a poner versallesco. Va a jugar como si fuera el octavo partido de la Liga y no fuera campeón.

Qué recuerdo tiene de la experiencia de trabajar en el Real Madrid. Nada menos de director general y con Mendoza de presidente.

Agridulce. Para mí, entonces, era interesante conocer las tripas de un club de la importancia del Real Madrid, que además era el mío. Conocer cómo funcionaba por dentro, conocer a los jugadores… Pero el ambiente era de falsedad, de chapucería. La maquinaria del club entonces estaba 30 años anticuada en comparación con los grandes clubes europeos en el aspecto de la gestión. En algunas cosas operábamos como en la época de Bernabéu, pero eso no era lo peor, lo peor era que el club era el reino de la informalidad. Para los directivos de la época, sobre todo su presidente, y no menciono su nombre, faltar a la palabra no tenía la mayor relevancia. Nos comprometíamos a jugar partidos y no se cumplían. Pensaban que ese diplomático era un ingenuo. En el año y ocho meses que estuve allí aprendí más lecciones de cinismo e incumplimientos que en 40 años en la carrera diplomático.

Futuro inmediato. La final de París.

A partido único veo al Madrid capaz de todo. También es verdad que nos ha demostrado su fiabilidad a doble partido con las remontadas. Por no pecar de optimista diría que la final está al cincuenta por ciento.

Inocencio Arias: “Con pasillo o sin pasillo, el Madrid no se va a poner versallesco”

El miércoles se le dispararon las pulsaciones con el ‘penúltimo’ éxtasis de su Real Madrid, pero el jueves ya estaba presentando en Cáceres su último libro: “Esta España nuestra”. Su agenda no es precisamente la de jubilado. El que fuera director general del Real Madrid vive ahora en la carretera. Colgado el hábito de diplomático, también el soporte político, opina de todo lo que se le pueda preguntar. Fútbol, derbi, incluido.

Don Inocencio el Real Madrid le va a costar un trozo de vida.

¡¡¡Gran día el miércoles…!!! No me lo podía creer, como todos los madridistas. Estábamos ya medio resignados. Yo pensaba si a ver si por lo menos empatábamos y no hacer el ridículo que Guardiola nos ganara en los dos campos. Ese Madrid del miércoles fue como aquel Madrid que me cautivó hace tantos años. El de Alfredo Di Stéfano, después con Butragueño y Hugo también hubo remontadas, pero lo de este año es incomparable e irrepetible. Son tres seguidas ante tres colosos que cualquiera de ellos podía haber sido campeón de Europa. Se nos apareció la Almudena, San Isidro… y sobre todos los ‘cojones’ de un equipo que parecía entregado, pero no rendido.

¿Dónde nació su fervor por el Real Madrid?

Me hice del Madrid siendo ya adulto. Me convertí al madridismo en mayo de 1961, ya tenía 21 años. Estaba acabando la carrera de Derecho en Murcia y me fui en autobús a Alicante a ver un partido de Copa, Hércules-Real Madrid. Ganaron los blancos 0-5 con dos goles de Di Stéfano, dos de Puskas y uno de Del Sol. Manolín Bueno jugó de extremo derecha y se lesionó. De todo eso y mucho más me acuerdo perfectamente. Hasta entonces mi equipo había sido el Murcia. Lo veía todos los domingos. Esa tarde iba a ver a una de las maravillas del mundo. Un equipo que venía de ganar cinco Copas de Europa consecutivas. Me deslumbró. Jugaba al fútbol entonces y vi hacer cosas a esos jugadores que hubiera sido incapaz de hacer en 120 años jugando. Y no solo lo digo por Alfredo, también por Del Sol, por Puskas… Me caí del caballo como San Pablo y pensé que no existía religión más espuria que esa, la religión blanca.

“Me convertí a la religión blanca de adulto. Tenía 21 años y fue en un partido contra el Hércules”.


Inocencio Arias

Y ya no colgó nunca los hábitos blancos.

Nunca. Estuviera donde estuviera intentaba ver los partidos. Mis primeros pasos por el Bernabéu fueron preparando ya la carrera diplomática, en el tercer anfiteatro del fondo sur. Arriba del todo, con los pies colgando. Era hasta peligroso. Nadie me impresionó más que Alfredo di Stéfano. Después disfrute con Butragueño, con Cristiano, pero nunca como don Alfredo. Nadie me ha dado más satisfacciones en mi vida. Ni Mozart ni Tolstoi ni Pérez Galdós ni Frank Sinatra… Nadie.

En aquellos años mozos suyos, el gran rival del Real Madrid era el Atlético, al menos eso decía Di Stéfano.

A mí también me lo dijo, pero los aficionados creo que ya sentíamos más rivalidad con el Barça. El Atlético de aquella época era temible. Tenían, entre otros, a Vavá, que llegó siendo el mejor jugador del mundo tras el Mundial del 58. Y después a Mendonça, a Enriquito Collar, que nos lo habían cedido antes al Murcia cuando yo estudiaba allí. Era maravilloso cómo llevaba la pelota pegada al pie. También nos cedieron a Peiró y un medio que se llamaba Buendía. Después fui mucho al Metropolitano. Mi colegio Mayor estaba a 100 metros, las entradas eran más baratas y además jugaba Collar y yo estaba enamorado de él, entre comillas, claro. Tardaba menos en ir a ver al Atlético que al Bernabéu, que además era más caro.

O sea que usted como Garci tampoco es ‘anti’…

Para nada, entre otras cosas por mi deformación profesional de diplomático. Siempre he ido con cualquier equipo español que jugara con uno extranjero.

¿Cómo contempla que el Atlético no vaya a hacer pasillo al campeón?

No me gusta, pero tampoco lo veo tan censurable como les parece a algunos. Lo que no me parece elegante es lo que se ha dicho, que no quieren participar en el escarnio. Es como cuando Piqué dice que no le gustan los valores del Real Madrid, pues yo podía decir que no me gustan los valores del Barcelona, que cada presidente que llega dice que va a hacer una inspección en el club porque no se fía del anterior; o que digan que fueron el único club antifranquista y fueron los únicos que le dieron dos medallas; o cuando se retiraron y no jugaron una semifinal de Copa… Todas esas cosas no me gustan y no las digo.

“En el año y medio que trabajé en el club el ambiente era de falsedad, chapucería e informalidad”


Inocencio Arias

Presente inmediato. El derbi contra el Atlético. ¿Espera un Madrid ya campeón, de vacaciones y pensando en la Champions?

No. El Madrid nunca se deja ir. Va a competir. Con los problemas lógicos que tendrá de cansancio, de lesionados, pero el Madrid nunca baja los brazos y menos contra el Atlético. Sin pasillo o con pasillo el estilo del Madrid es competir y ganar. No se va a poner versallesco. Va a jugar como si fuera el octavo partido de la Liga y no fuera campeón.

Qué recuerdo tiene de la experiencia de trabajar en el Real Madrid. Nada menos de director general y con Mendoza de presidente.

Agridulce. Para mí, entonces, era interesante conocer las tripas de un club de la importancia del Real Madrid, que además era el mío. Conocer cómo funcionaba por dentro, conocer a los jugadores… Pero el ambiente era de falsedad, de chapucería. La maquinaria del club entonces estaba 30 años anticuada en comparación con los grandes clubes europeos en el aspecto de la gestión. En algunas cosas operábamos como en la época de Bernabéu, pero eso no era lo peor, lo peor era que el club era el reino de la informalidad. Para los directivos de la época, sobre todo su presidente, y no menciono su nombre, faltar a la palabra no tenía la mayor relevancia. Nos comprometíamos a jugar partidos y no se cumplían. Pensaban que ese diplomático era un ingenuo. En el año y ocho meses que estuve allí aprendí más lecciones de cinismo e incumplimientos que en 40 años en la carrera diplomático.

Futuro inmediato. La final de París.

A partido único veo al Madrid capaz de todo. También es verdad que nos ha demostrado su fiabilidad a doble partido con las remontadas. Por no pecar de optimista diría que la final está al cincuenta por ciento.

Inocencio Arias: “Con pasillo o sin pasillo, el Madrid no se va a poner versallesco”

El miércoles se le dispararon las pulsaciones con el ‘penúltimo’ éxtasis de su Real Madrid, pero el jueves ya estaba presentando en Cáceres su último libro: “Esta España nuestra”. Su agenda no es precisamente la de jubilado. El que fuera director general del Real Madrid vive ahora en la carretera. Colgado el hábito de diplomático, también el soporte político, opina de todo lo que se le pueda preguntar. Fútbol, derbi, incluido.

Don Inocencio el Real Madrid le va a costar un trozo de vida.

¡¡¡Gran día el miércoles…!!! No me lo podía creer, como todos los madridistas. Estábamos ya medio resignados. Yo pensaba si a ver si por lo menos empatábamos y no hacer el ridículo que Guardiola nos ganara en los dos campos. Ese Madrid del miércoles fue como aquel Madrid que me cautivó hace tantos años. El de Alfredo Di Stéfano, después con Butragueño y Hugo también hubo remontadas, pero lo de este año es incomparable e irrepetible. Son tres seguidas ante tres colosos que cualquiera de ellos podía haber sido campeón de Europa. Se nos apareció la Almudena, San Isidro… y sobre todos los ‘cojones’ de un equipo que parecía entregado, pero no rendido.

¿Dónde nació su fervor por el Real Madrid?

Me hice del Madrid siendo ya adulto. Me convertí al madridismo en mayo de 1961, ya tenía 21 años. Estaba acabando la carrera de Derecho en Murcia y me fui en autobús a Alicante a ver un partido de Copa, Hércules-Real Madrid. Ganaron los blancos 0-5 con dos goles de Di Stéfano, dos de Puskas y uno de Del Sol. Manolín Bueno jugó de extremo derecha y se lesionó. De todo eso y mucho más me acuerdo perfectamente. Hasta entonces mi equipo había sido el Murcia. Lo veía todos los domingos. Esa tarde iba a ver a una de las maravillas del mundo. Un equipo que venía de ganar cinco Copas de Europa consecutivas. Me deslumbró. Jugaba al fútbol entonces y vi hacer cosas a esos jugadores que hubiera sido incapaz de hacer en 120 años jugando. Y no solo lo digo por Alfredo, también por Del Sol, por Puskas… Me caí del caballo como San Pablo y pensé que no existía religión más espuria que esa, la religión blanca.

“Me convertí a la religión blanca de adulto. Tenía 21 años y fue en un partido contra el Hércules”.


Inocencio Arias

Y ya no colgó nunca los hábitos blancos.

Nunca. Estuviera donde estuviera intentaba ver los partidos. Mis primeros pasos por el Bernabéu fueron preparando ya la carrera diplomática, en el tercer anfiteatro del fondo sur. Arriba del todo, con los pies colgando. Era hasta peligroso. Nadie me impresionó más que Alfredo di Stéfano. Después disfrute con Butragueño, con Cristiano, pero nunca como don Alfredo. Nadie me ha dado más satisfacciones en mi vida. Ni Mozart ni Tolstoi ni Pérez Galdós ni Frank Sinatra… Nadie.

En aquellos años mozos suyos, el gran rival del Real Madrid era el Atlético, al menos eso decía Di Stéfano.

A mí también me lo dijo, pero los aficionados creo que ya sentíamos más rivalidad con el Barça. El Atlético de aquella época era temible. Tenían, entre otros, a Vavá, que llegó siendo el mejor jugador del mundo tras el Mundial del 58. Y después a Mendonça, a Enriquito Collar, que nos lo habían cedido antes al Murcia cuando yo estudiaba allí. Era maravilloso cómo llevaba la pelota pegada al pie. También nos cedieron a Peiró y un medio que se llamaba Buendía. Después fui mucho al Metropolitano. Mi colegio Mayor estaba a 100 metros, las entradas eran más baratas y además jugaba Collar y yo estaba enamorado de él, entre comillas, claro. Tardaba menos en ir a ver al Atlético que al Bernabéu, que además era más caro.

O sea que usted como Garci tampoco es ‘anti’…

Para nada, entre otras cosas por mi deformación profesional de diplomático. Siempre he ido con cualquier equipo español que jugara con uno extranjero.

¿Cómo contempla que el Atlético no vaya a hacer pasillo al campeón?

No me gusta, pero tampoco lo veo tan censurable como les parece a algunos. Lo que no me parece elegante es lo que se ha dicho, que no quieren participar en el escarnio. Es como cuando Piqué dice que no le gustan los valores del Real Madrid, pues yo podía decir que no me gustan los valores del Barcelona, que cada presidente que llega dice que va a hacer una inspección en el club porque no se fía del anterior; o que digan que fueron el único club antifranquista y fueron los únicos que le dieron dos medallas; o cuando se retiraron y no jugaron una semifinal de Copa… Todas esas cosas no me gustan y no las digo.

“En el año y medio que trabajé en el club el ambiente era de falsedad, chapucería e informalidad”


Inocencio Arias

Presente inmediato. El derbi contra el Atlético. ¿Espera un Madrid ya campeón, de vacaciones y pensando en la Champions?

No. El Madrid nunca se deja ir. Va a competir. Con los problemas lógicos que tendrá de cansancio, de lesionados, pero el Madrid nunca baja los brazos y menos contra el Atlético. Sin pasillo o con pasillo el estilo del Madrid es competir y ganar. No se va a poner versallesco. Va a jugar como si fuera el octavo partido de la Liga y no fuera campeón.

Qué recuerdo tiene de la experiencia de trabajar en el Real Madrid. Nada menos de director general y con Mendoza de presidente.

Agridulce. Para mí, entonces, era interesante conocer las tripas de un club de la importancia del Real Madrid, que además era el mío. Conocer cómo funcionaba por dentro, conocer a los jugadores… Pero el ambiente era de falsedad, de chapucería. La maquinaria del club entonces estaba 30 años anticuada en comparación con los grandes clubes europeos en el aspecto de la gestión. En algunas cosas operábamos como en la época de Bernabéu, pero eso no era lo peor, lo peor era que el club era el reino de la informalidad. Para los directivos de la época, sobre todo su presidente, y no menciono su nombre, faltar a la palabra no tenía la mayor relevancia. Nos comprometíamos a jugar partidos y no se cumplían. Pensaban que ese diplomático era un ingenuo. En el año y ocho meses que estuve allí aprendí más lecciones de cinismo e incumplimientos que en 40 años en la carrera diplomático.

Futuro inmediato. La final de París.

A partido único veo al Madrid capaz de todo. También es verdad que nos ha demostrado su fiabilidad a doble partido con las remontadas. Por no pecar de optimista diría que la final está al cincuenta por ciento.

Estado de necesidad contra estado de felicidad en el Wanda

Es un derbi de entreguerras para el Madrid, la que ya ganó aquí y la que le espera en París, y de guerra total para el Atlético, porque de este y de los otros tres partidos que le restan (Elche, Sevilla y Real Sociedad) depende qué va a ser mañana (sigue el partido en directo en AS.com). Al Madrid le faltarán el pasillo (cortesía o humillación, según quien lo explique), el drama y algunos titulares. Al Atlético le sobrarán sus últimas actuaciones y el estado de necesidad. Veinte puntos les separan, que metidos en el fragor de un derbi se quedan en nada.

Gran parte de la cuestión está en cuántos jugadores principales se perdonará Ancelotti, que ha preparado el partido con un solo entrenamiento. Nunca es fácil la gestión de las semanas previas a una final de Champions sin más objetivo que ese. Se le encuentran pegas a sobrecargar a los titulares y también a mantenerlos más inactivos de la cuenta. Haga lo que haga el italiano, el Madrid resultará competitivo porque ha encontrado un banquillo donde parecía no haberlo. El miércoles completó su milagro ante el City con Camavinga, Valverde y Ceballos en el medio y sin su santísima trinidad (Kroos, Casemiro y Modric). Hoy Ceballos es una de las seis bajas del equipo. También faltarán Isco, Alaba, Bale, Hazard y Marcelo. El único seguro es Lunin, anunciado por Ancelotti. Hasta ahora solo había jugado en Copa ante Alcoyano y Elche.

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Lunin, en el entrenamiento de este sábado en Valdebebas.
Realmadrid.com

Camavinga ha disputado ocho de los últimos nueve partidos con notable éxito. De hecho, roza ya la titularidad. Le acompañarán Valverde y uno de los tres intocables por determinar en el centro del campo. También se espera a Asensio y Rodrygo, multihéroe de esta Champions. La carga de energía de los jóvenes le permitió al Madrid ganar sobradamente a Osasuna y Espanyol cuando aún no era campeón.

Un ataque nuevo

Por razones diametralmente opuestas también quedarán muchas de las estrellas del Atlético fuera del once. Nada le ha salido al campeón como esperaba. João Félix y Lemar probablemente no volverán en lo que resta de temporada y los dos presuntos goleadores del equipo han andado muy por debajo de sus posibilidades.

Griezmann marcó en los cinco años de su primera etapa en el Atlético 25, 31, 26, 29 y 20 goles y en sus dos años en el Barça, menos productivos, 15 y 19. En esta campaña lleva ocho. Luis Suárez, que hizo 21 tantos en curso pasada y fue la pieza clave en la conquista del título, también ha ido a menos: solo 13 en esta. En cualquier caso, su media de tantos por partido no ha caído demasiado (uno cada 142′ en la 20-21, uno cada 170′ en la 21-22). Tanto el francés como el uruguayo apuntan hoy al banquillo para dejar paso a los dos atacantes que menos han jugado pero mejor han funcionado: Cunha, muy apreciado por la grada, y Correa, segundo goleador del equipo (12 tantos) y el futbolista de mayor rendimiento en la plantilla, según datos de la inteligencia artificial Olocip.

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Oblak, durante su último entrenamiento con el Atlético.
Atlético de Madrid

Ese mismo indicador sitúa en la cola a Oblak. Y el resto de datos que acompañan colocan al esloveno en ojo del huracán. Al Atlético le han disparado menos que hace un año (9,2 veces por partido frente a 9,5) y, sin embargo, y a falta de cuatro jornadas, le han metido 16 goles más. En realidad, casi todos los registros se acercan a los del equipo campeón, menos el de los tantos encajados. En las ocho temporadas completas de Simeone al frente del equipo, jamás el Atlético había recibido más de 31 goles. Ahora lleva diez más. Otro indicador sorprendente es que Llorente, autor de 13 tantos el año pasado, aún no se ha estrenado. Simeone recupera hoy a Savic, cumplida su sanción, y Reinildo, absuelto por Apelación. Todos los indicios apuntan a una defensa de cuatro y a una vuelta al once De Paul y Koke.

Ancelotti y Simeone, viejos conocidos

En el cruce de rachas pierde mucho el Atlético, que solo ha ganado uno de sus seis últimos partidos. Mientras, el Madrid lo ha ganado todo en la Liga después del 0-4 del Clásico. Para Ancelotti será un duelo familiar. En los dos años de su etapa anterior en el Madrid jugó trece partidos ante el Atlético. Se vio en una final de Champions y en unos cuartos, en dos eliminatorias de Copa del Rey, en una Supercopa de España y en cuatro partidos de Liga. De estos últimos, no ganó ninguno. Su primer triunfo en la competición llegó en la ida de esta Liga. También se midió al Atlético dirigiendo a Chelsea y Bayern.

Al otro lado, Simeone puso en sus inicios fin a aquellos más de diez años sin que el Atlético conquistase un derbi (aún escuece aquella pancarta sobre la búsqueda de un rival digno), pero ahora lleva ocho consecutivos sin imponerse al Madrid, que está invicto en sus cuatro visitas al Wanda Metropolitano. Hoy se verá si pesa más el estado de necesidad o el de felicidad y si le sientan mejor al cuerpo los ansiolíticos o el cava.

Clasificación

Líderes

Paradas del portero

Asistencias totales

Faltas cometidas

Faltas recibidas

Tarjetas rojas




0

Tarjetas amarillas

Recuperaciones de posesión

Pases por partido

Estado de necesidad contra estado de felicidad en el Wanda

Es un derbi de entreguerras para el Madrid, la que ya ganó aquí y la que le espera en París, y de guerra total para el Atlético, porque de este y de los otros tres partidos que le restan (Elche, Sevilla y Real Sociedad) depende qué va a ser mañana (sigue el partido en directo en AS.com). Al Madrid le faltarán el pasillo (cortesía o humillación, según quien lo explique), el drama y algunos titulares. Al Atlético le sobrarán sus últimas actuaciones y el estado de necesidad. Veinte puntos les separan, que metidos en el fragor de un derbi se quedan en nada.

Gran parte de la cuestión está en cuántos jugadores principales se perdonará Ancelotti, que ha preparado el partido con un solo entrenamiento. Nunca es fácil la gestión de las semanas previas a una final de Champions sin más objetivo que ese. Se le encuentran pegas a sobrecargar a los titulares y también a mantenerlos más inactivos de la cuenta. Haga lo que haga el italiano, el Madrid resultará competitivo porque ha encontrado un banquillo donde parecía no haberlo. El miércoles completó su milagro ante el City con Camavinga, Valverde y Ceballos en el medio y sin su santísima trinidad (Kroos, Casemiro y Modric). Hoy Ceballos es una de las seis bajas del equipo. También faltarán Isco, Alaba, Bale, Hazard y Marcelo. El único seguro es Lunin, anunciado por Ancelotti. Hasta ahora solo había jugado en Copa ante Alcoyano y Elche.

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Lunin, en el entrenamiento de este sábado en Valdebebas.
Realmadrid.com

Camavinga ha disputado ocho de los últimos nueve partidos con notable éxito. De hecho, roza ya la titularidad. Le acompañarán Valverde y uno de los tres intocables por determinar en el centro del campo. También se espera a Asensio y Rodrygo, multihéroe de esta Champions. La carga de energía de los jóvenes le permitió al Madrid ganar sobradamente a Osasuna y Espanyol cuando aún no era campeón.

Un ataque nuevo

Por razones diametralmente opuestas también quedarán muchas de las estrellas del Atlético fuera del once. Nada le ha salido al campeón como esperaba. João Félix y Lemar probablemente no volverán en lo que resta de temporada y los dos presuntos goleadores del equipo han andado muy por debajo de sus posibilidades.

Griezmann marcó en los cinco años de su primera etapa en el Atlético 25, 31, 26, 29 y 20 goles y en sus dos años en el Barça, menos productivos, 15 y 19. En esta campaña lleva ocho. Luis Suárez, que hizo 21 tantos en curso pasada y fue la pieza clave en la conquista del título, también ha ido a menos: solo 13 en esta. En cualquier caso, su media de tantos por partido no ha caído demasiado (uno cada 142′ en la 20-21, uno cada 170′ en la 21-22). Tanto el francés como el uruguayo apuntan hoy al banquillo para dejar paso a los dos atacantes que menos han jugado pero mejor han funcionado: Cunha, muy apreciado por la grada, y Correa, segundo goleador del equipo (12 tantos) y el futbolista de mayor rendimiento en la plantilla, según datos de la inteligencia artificial Olocip.

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Oblak, durante su último entrenamiento con el Atlético.
Atlético de Madrid

Ese mismo indicador sitúa en la cola a Oblak. Y el resto de datos que acompañan colocan al esloveno en ojo del huracán. Al Atlético le han disparado menos que hace un año (9,2 veces por partido frente a 9,5) y, sin embargo, y a falta de cuatro jornadas, le han metido 16 goles más. En realidad, casi todos los registros se acercan a los del equipo campeón, menos el de los tantos encajados. En las ocho temporadas completas de Simeone al frente del equipo, jamás el Atlético había recibido más de 31 goles. Ahora lleva diez más. Otro indicador sorprendente es que Llorente, autor de 13 tantos el año pasado, aún no se ha estrenado. Simeone recupera hoy a Savic, cumplida su sanción, y Reinildo, absuelto por Apelación. Todos los indicios apuntan a una defensa de cuatro y a una vuelta al once De Paul y Koke.

Ancelotti y Simeone, viejos conocidos

En el cruce de rachas pierde mucho el Atlético, que solo ha ganado uno de sus seis últimos partidos. Mientras, el Madrid lo ha ganado todo en la Liga después del 0-4 del Clásico. Para Ancelotti será un duelo familiar. En los dos años de su etapa anterior en el Madrid jugó trece partidos ante el Atlético. Se vio en una final de Champions y en unos cuartos, en dos eliminatorias de Copa del Rey, en una Supercopa de España y en cuatro partidos de Liga. De estos últimos, no ganó ninguno. Su primer triunfo en la competición llegó en la ida de esta Liga. También se midió al Atlético dirigiendo a Chelsea y Bayern.

Al otro lado, Simeone puso en sus inicios fin a aquellos más de diez años sin que el Atlético conquistase un derbi (aún escuece aquella pancarta sobre la búsqueda de un rival digno), pero ahora lleva ocho consecutivos sin imponerse al Madrid, que está invicto en sus cuatro visitas al Wanda Metropolitano. Hoy se verá si pesa más el estado de necesidad o el de felicidad y si le sientan mejor al cuerpo los ansiolíticos o el cava.

Clasificación

Líderes

Paradas del portero

Asistencias totales

Faltas cometidas

Faltas recibidas

Tarjetas rojas




0

Tarjetas amarillas

Recuperaciones de posesión

Pases por partido

En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

6

Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

6

Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

6

Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

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