En la cabeza de Koke

El Atlético quiere acabar con sus demonios en el derbi. Busca un triunfo que supondría el primero en el Wanda Metropolitano contra el máximo rival y el fin a una racha que ya se alarga durante ocho duelos consecutivos frente al Real Madrid. Todo ello con el premio de acercarse al que se ha convertido en el gran objetivo del curso: cerrar los puestos Champions.

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Y para ello, se antoja fundamental una buena versión de Koke. El capitán no pasa por su mejor temporada, con sufrimiento para adueñarse de los partidos, dar ritmo de juego al equipo y romper líneas en el centro del campo. Siempre indiscutible en compromiso y despliegue, los boquetes que está mostrando el Atlético esta temporada le dejan desguarnecido, teniendo que hacer coberturas kilométricas donde sufre mucho cada vez que le encaran en velocidad.

Simeone sabe que Koke no pasa por un buen momento, pero también que no hay nadie que haga su papel. El capitán se quedó en el banquillo en San Mamés contra el Athletic, pero el centro del campo dejó mucho que desear en la derrota por 2-0. Fue su primera suplencia desde el 9 de enero ante el Villarreal, pero en seis de los ocho partidos anteriores había salido sustituido, una rara avis en temporadas anteriores. Eso sí, el capitán es el cuarto jugador del Atlético con más minutos disputados este curso (2.149), solo por detrás de Oblak, Carrasco y Llorente.

Escudo/Bandera Atlético

En total, Koke ha disputado 32 partidos contra el Real Madrid, el rival al que más se ha medido como profesional junto con el Barça (hoy los blancos vuelven a quedar en la cabeza en solitario). Su experiencia se antoja fundamental en este tipo de partidos, en los que ha conseguido dos goles y siete asistencias (un balance de nueve victorias, diez empates y 13 derrotas). Y de su nivel dependerá buena parte de las opciones del Atlético. En la ida cometió un error grave en el pase que acabó desembocando en el primer gol de Benzema y el equipo rojiblanco se ha visto superado en la zona ancha del campo en los últimos enfrentamientos, salvo en el partido del Metropolitano de la temporada pasada donde un tanto del delantero blanco en los últimos minutos evitó la victoria colchonera. El Atlético espera al mejor Koke.

José Luis Garci: “Me gustaría salir siempre a ganar, regalamos las primeras partes”

José Luis Garci ‘vuelve a empezar’ todas las mañanas con la tranquilidad del que no tiene teléfono propio, ni ordenador, ni internet, ni coche… Tiene lo que quiere tener, entre otras muchas propiedades un desatado entusiasmo por el Atleti, como él dice, que solo comparte con el Sporting de Gijón por herencia paterna.

—”¿Papá por qué somos del Atleti?” le preguntaba aquel niño a su padre…

—Y pensar que de chaval era socio infantil del Real Madrid, en el fondo sur, de pie. Al Metropolitano podíamos ir gratis a tribuna porque mi padre era amigo del Marqués de la Florida, un conocido directivo atlético de la época. El Metropolitano era un campo con su gradona alta; el nuevo Chamartín ya fue un estadio como tal. La verdad es que siempre tuve una mayor inclinación sentimental por el Atleti, quizás también porque llevaba los mismos colores que el Sporting, que era el equipo de mi familia. En aquel mundo un tanto gris de la posguerra, las rayas rojas y el pantalón azul llamaban más la atención que los blancos del Madrid, del Valencia, del Sevilla…

—Y desde entonces el fútbol ya no salió nunca de su vida… y su identificación con el Atlético se hizo eterna.

—Al fútbol siempre lo he visto como una vida de repuesto, como el cine. Nunca he dramatizado por una derrota. Me gustaba ver, escuchar lo que me contaba mi padre. Nunca le vi gritar a nadie. Me identifiqué tanto con el Atlético que tengo la insignia de oro y brillantes del club, como también tengo la del Sporting. Pero debo ser de los pocos que no solo no es antimadridista, sino que tiene simpatía por el Madrid. Es lo normal, es también el equipo de mi ciudad y sería absurdo que estuviera en contra…

—O sea que no termina de entender que su club haya decidido no hacerle el pasillo esta noche…

—Me parece absurdo. Se lo decía el otro día a Petón. Es un acto de generosidad dar la mano o felicitar al equipo que acaba de ganar la Liga. Nunca he sido fanático de nada y en el fútbol menos. A la gente no le gusta el fútbol, le gusta que gane su equipo. A mí me gusta que mi equipo gane, pero también que juegue bien.

—¿Cuál ha sido el derbi de su vida?

—La final de Copa del Rey que se ganó en el Bernabéu en 2013 con el gol de Miranda en la prórroga. Canté el gol antes de sacar el córner. Fue el mayor momento de esplendor y brillo de este Atleti de Simeone. Todo estaba encajado. Fue el equipo que dio paso al que pudo ganar la Champions en Lisboa. Me recordaba al Atleti del 74 que llegó a la final de la Copa de Europa con Luis, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Alberto… Adelardo ha sido para mí el mejor jugador que ha tenido nunca el club. Jugó en los mejores ‘Atletis’ en varias etapas.

“Es absurdo no hacer el pasillo, es un acto de generosidad estrechar la mano al campeón”

—¿Y su relación sentimental con Simeone después de 10 años como ésta en estos momentos?

—No me parece que jugar con cinco defensas sea de un equipo muy campeón. Aunque el año pasado ganó jugando de esta forma. Se llega arriba con poca gente, es difícil meter goles. La caída del Atleti empieza en la segunda vuelta del año pasado en la que casi pierde los 15 puntos que llevaba de ventaja. El final fue agónico. Este año ha sido todo en caída. Me pueden decir que antes jugaban igual, pero cualquier lateral que se compare nunca va a ser como el mejor Juanfran o el mejor Filipe; ningún central va a ser como Godín…. O el mejor Gabi. Ya no está Villa. Puedes jugar igual, pero los jugadores no son los mismos. Si no tienes buenos jugadores para tu sistema, no funciona… Veo hasta difícil clasificarnos para la Champions. El otro día en Bilbao había que salir a ganar y regalamos la primera parte. Siempre regalamos las primeras partes… No entiendo por qué. Contra el City de cuatro partes, se regalaron tres…

—¿Qué derbi espera esta noche?

—Complicado, espero un Madrid que va a salir a ganar. El Madrid siempre da la cara. La gente habla de milagros, pero el Madrid es especial desde que llegó Di Stéfano. Siempre es un equipo de una enorme calidad. Incluso se vio ante el City: Courtois, Benzema… Luego, siempre ha tenido la entrega, incluso los jugadores más finos estilistas. También tienen una fe inquebrantable, como la fe que tienen los feligreses que salen en las procesiones. El Madrid es una religión. Y el cuarto ingrediente es la suerte, no se puede tener todo eso sin tener suerte.

—Hombre los atléticos siempre han presumido de ser también una religión…

—No, el Atleti es un misterio, hace cosas desconcertantes. No hay una lógica en él. Pero siempre, desde aquel Atlético de Aviación. Un equipo que se transforma para bien o para mal. Y los jugadores también son misteriosos. Tiene el fatalismo romántico del cine negro, el cine de los perdedores, pero los perdedores no se enfadan, al contrario. La noche que nos eliminó el City allí nos quedamos, aplaudiendo. El Madrid, sin embargo, es como la película Casablanca, una sucesión de milagros continuada.

—Le veo escéptico, o quizás ‘quemado’ con los suyos…

—El Atlético tiene que renovarse, no sé si en cuanto a jugadores, pero sí en cuanto a la manera de jugar. Simeone ha demostrado ser un entrenador extraordinario que ha ganado todo menos la Champions con su forma de jugar, pero debería darle una vuelta de tuerca y decir ahora, además, vamos a jugar bien. Ya nos ha demostrado que se puede ganar bien de esa manera, ahora me iría más a Menotti. Vamos a jugar bien, vamos a tocar la pelota, no como ahora que parece un equipo de balonmano, tocando de un lado a otro, pero sin profundidad. Sería fantástico que diera ese cambio, sería un aliciente para la temporada próxima. Veo difícil la clasificación para la Champions. No le veo ganando al Madrid, al Sevilla, a la Real… No le veo decir vamos a salir a ganar. Se trata de creer o no creer.

—¿Cuál fue el mejor Atlético de su vida?

—Oblak; Rivilla, Luis Pereira, Godín, Calleja; Adelardo, Simeone, Luis; Ufarte, Gárate y Collar… Y por épocas el que ganó la Recopa a la Fiorentina en 1962 después de ganarle dos Copas al Real Madrid en el Bernabéu los dos años anteriores.

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José Luis Garci ‘vuelve a empezar’ todas las mañanas con la tranquilidad del que no tiene teléfono propio, ni ordenador, ni internet, ni coche… Tiene lo que quiere tener, entre otras muchas propiedades un desatado entusiasmo por el Atleti, como él dice, que solo comparte con el Sporting de Gijón por herencia paterna.

—”¿Papá por qué somos del Atleti?” le preguntaba aquel niño a su padre…

—Y pensar que de chaval era socio infantil del Real Madrid, en el fondo sur, de pie. Al Metropolitano podíamos ir gratis a tribuna porque mi padre era amigo del Marqués de la Florida, un conocido directivo atlético de la época. El Metropolitano era un campo con su gradona alta; el nuevo Chamartín ya fue un estadio como tal. La verdad es que siempre tuve una mayor inclinación sentimental por el Atleti, quizás también porque llevaba los mismos colores que el Sporting, que era el equipo de mi familia. En aquel mundo un tanto gris de la posguerra, las rayas rojas y el pantalón azul llamaban más la atención que los blancos del Madrid, del Valencia, del Sevilla…

—Y desde entonces el fútbol ya no salió nunca de su vida… y su identificación con el Atlético se hizo eterna.

—Al fútbol siempre lo he visto como una vida de repuesto, como el cine. Nunca he dramatizado por una derrota. Me gustaba ver, escuchar lo que me contaba mi padre. Nunca le vi gritar a nadie. Me identifiqué tanto con el Atlético que tengo la insignia de oro y brillantes del club, como también tengo la del Sporting. Pero debo ser de los pocos que no solo no es antimadridista, sino que tiene simpatía por el Madrid. Es lo normal, es también el equipo de mi ciudad y sería absurdo que estuviera en contra…

—O sea que no termina de entender que su club haya decidido no hacerle el pasillo esta noche…

—Me parece absurdo. Se lo decía el otro día a Petón. Es un acto de generosidad dar la mano o felicitar al equipo que acaba de ganar la Liga. Nunca he sido fanático de nada y en el fútbol menos. A la gente no le gusta el fútbol, le gusta que gane su equipo. A mí me gusta que mi equipo gane, pero también que juegue bien.

—¿Cuál ha sido el derbi de su vida?

—La final de Copa del Rey que se ganó en el Bernabéu en 2013 con el gol de Miranda en la prórroga. Canté el gol antes de sacar el córner. Fue el mayor momento de esplendor y brillo de este Atleti de Simeone. Todo estaba encajado. Fue el equipo que dio paso al que pudo ganar la Champions en Lisboa. Me recordaba al Atleti del 74 que llegó a la final de la Copa de Europa con Luis, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Alberto… Adelardo ha sido para mí el mejor jugador que ha tenido nunca el club. Jugó en los mejores ‘Atletis’ en varias etapas.

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—¿Y su relación sentimental con Simeone después de 10 años como ésta en estos momentos?

—No me parece que jugar con cinco defensas sea de un equipo muy campeón. Aunque el año pasado ganó jugando de esta forma. Se llega arriba con poca gente, es difícil meter goles. La caída del Atleti empieza en la segunda vuelta del año pasado en la que casi pierde los 15 puntos que llevaba de ventaja. El final fue agónico. Este año ha sido todo en caída. Me pueden decir que antes jugaban igual, pero cualquier lateral que se compare nunca va a ser como el mejor Juanfran o el mejor Filipe; ningún central va a ser como Godín…. O el mejor Gabi. Ya no está Villa. Puedes jugar igual, pero los jugadores no son los mismos. Si no tienes buenos jugadores para tu sistema, no funciona… Veo hasta difícil clasificarnos para la Champions. El otro día en Bilbao había que salir a ganar y regalamos la primera parte. Siempre regalamos las primeras partes… No entiendo por qué. Contra el City de cuatro partes, se regalaron tres…

—¿Qué derbi espera esta noche?

—Complicado, espero un Madrid que va a salir a ganar. El Madrid siempre da la cara. La gente habla de milagros, pero el Madrid es especial desde que llegó Di Stéfano. Siempre es un equipo de una enorme calidad. Incluso se vio ante el City: Courtois, Benzema… Luego, siempre ha tenido la entrega, incluso los jugadores más finos estilistas. También tienen una fe inquebrantable, como la fe que tienen los feligreses que salen en las procesiones. El Madrid es una religión. Y el cuarto ingrediente es la suerte, no se puede tener todo eso sin tener suerte.

—Hombre los atléticos siempre han presumido de ser también una religión…

—No, el Atleti es un misterio, hace cosas desconcertantes. No hay una lógica en él. Pero siempre, desde aquel Atlético de Aviación. Un equipo que se transforma para bien o para mal. Y los jugadores también son misteriosos. Tiene el fatalismo romántico del cine negro, el cine de los perdedores, pero los perdedores no se enfadan, al contrario. La noche que nos eliminó el City allí nos quedamos, aplaudiendo. El Madrid, sin embargo, es como la película Casablanca, una sucesión de milagros continuada.

—Le veo escéptico, o quizás ‘quemado’ con los suyos…

—El Atlético tiene que renovarse, no sé si en cuanto a jugadores, pero sí en cuanto a la manera de jugar. Simeone ha demostrado ser un entrenador extraordinario que ha ganado todo menos la Champions con su forma de jugar, pero debería darle una vuelta de tuerca y decir ahora, además, vamos a jugar bien. Ya nos ha demostrado que se puede ganar bien de esa manera, ahora me iría más a Menotti. Vamos a jugar bien, vamos a tocar la pelota, no como ahora que parece un equipo de balonmano, tocando de un lado a otro, pero sin profundidad. Sería fantástico que diera ese cambio, sería un aliciente para la temporada próxima. Veo difícil la clasificación para la Champions. No le veo ganando al Madrid, al Sevilla, a la Real… No le veo decir vamos a salir a ganar. Se trata de creer o no creer.

—¿Cuál fue el mejor Atlético de su vida?

—Oblak; Rivilla, Luis Pereira, Godín, Calleja; Adelardo, Simeone, Luis; Ufarte, Gárate y Collar… Y por épocas el que ganó la Recopa a la Fiorentina en 1962 después de ganarle dos Copas al Real Madrid en el Bernabéu los dos años anteriores.

José Luis Garci: “Me gustaría salir siempre a ganar, regalamos las primeras partes”

José Luis Garci ‘vuelve a empezar’ todas las mañanas con la tranquilidad del que no tiene teléfono propio, ni ordenador, ni internet, ni coche… Tiene lo que quiere tener, entre otras muchas propiedades un desatado entusiasmo por el Atleti, como él dice, que solo comparte con el Sporting de Gijón por herencia paterna.

—”¿Papá por qué somos del Atleti?” le preguntaba aquel niño a su padre…

—Y pensar que de chaval era socio infantil del Real Madrid, en el fondo sur, de pie. Al Metropolitano podíamos ir gratis a tribuna porque mi padre era amigo del Marqués de la Florida, un conocido directivo atlético de la época. El Metropolitano era un campo con su gradona alta; el nuevo Chamartín ya fue un estadio como tal. La verdad es que siempre tuve una mayor inclinación sentimental por el Atleti, quizás también porque llevaba los mismos colores que el Sporting, que era el equipo de mi familia. En aquel mundo un tanto gris de la posguerra, las rayas rojas y el pantalón azul llamaban más la atención que los blancos del Madrid, del Valencia, del Sevilla…

—Y desde entonces el fútbol ya no salió nunca de su vida… y su identificación con el Atlético se hizo eterna.

—Al fútbol siempre lo he visto como una vida de repuesto, como el cine. Nunca he dramatizado por una derrota. Me gustaba ver, escuchar lo que me contaba mi padre. Nunca le vi gritar a nadie. Me identifiqué tanto con el Atlético que tengo la insignia de oro y brillantes del club, como también tengo la del Sporting. Pero debo ser de los pocos que no solo no es antimadridista, sino que tiene simpatía por el Madrid. Es lo normal, es también el equipo de mi ciudad y sería absurdo que estuviera en contra…

—O sea que no termina de entender que su club haya decidido no hacerle el pasillo esta noche…

—Me parece absurdo. Se lo decía el otro día a Petón. Es un acto de generosidad dar la mano o felicitar al equipo que acaba de ganar la Liga. Nunca he sido fanático de nada y en el fútbol menos. A la gente no le gusta el fútbol, le gusta que gane su equipo. A mí me gusta que mi equipo gane, pero también que juegue bien.

—¿Cuál ha sido el derbi de su vida?

—La final de Copa del Rey que se ganó en el Bernabéu en 2013 con el gol de Miranda en la prórroga. Canté el gol antes de sacar el córner. Fue el mayor momento de esplendor y brillo de este Atleti de Simeone. Todo estaba encajado. Fue el equipo que dio paso al que pudo ganar la Champions en Lisboa. Me recordaba al Atleti del 74 que llegó a la final de la Copa de Europa con Luis, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Alberto… Adelardo ha sido para mí el mejor jugador que ha tenido nunca el club. Jugó en los mejores ‘Atletis’ en varias etapas.

“Es absurdo no hacer el pasillo, es un acto de generosidad estrechar la mano al campeón”

—¿Y su relación sentimental con Simeone después de 10 años como ésta en estos momentos?

—No me parece que jugar con cinco defensas sea de un equipo muy campeón. Aunque el año pasado ganó jugando de esta forma. Se llega arriba con poca gente, es difícil meter goles. La caída del Atleti empieza en la segunda vuelta del año pasado en la que casi pierde los 15 puntos que llevaba de ventaja. El final fue agónico. Este año ha sido todo en caída. Me pueden decir que antes jugaban igual, pero cualquier lateral que se compare nunca va a ser como el mejor Juanfran o el mejor Filipe; ningún central va a ser como Godín…. O el mejor Gabi. Ya no está Villa. Puedes jugar igual, pero los jugadores no son los mismos. Si no tienes buenos jugadores para tu sistema, no funciona… Veo hasta difícil clasificarnos para la Champions. El otro día en Bilbao había que salir a ganar y regalamos la primera parte. Siempre regalamos las primeras partes… No entiendo por qué. Contra el City de cuatro partes, se regalaron tres…

—¿Qué derbi espera esta noche?

—Complicado, espero un Madrid que va a salir a ganar. El Madrid siempre da la cara. La gente habla de milagros, pero el Madrid es especial desde que llegó Di Stéfano. Siempre es un equipo de una enorme calidad. Incluso se vio ante el City: Courtois, Benzema… Luego, siempre ha tenido la entrega, incluso los jugadores más finos estilistas. También tienen una fe inquebrantable, como la fe que tienen los feligreses que salen en las procesiones. El Madrid es una religión. Y el cuarto ingrediente es la suerte, no se puede tener todo eso sin tener suerte.

—Hombre los atléticos siempre han presumido de ser también una religión…

—No, el Atleti es un misterio, hace cosas desconcertantes. No hay una lógica en él. Pero siempre, desde aquel Atlético de Aviación. Un equipo que se transforma para bien o para mal. Y los jugadores también son misteriosos. Tiene el fatalismo romántico del cine negro, el cine de los perdedores, pero los perdedores no se enfadan, al contrario. La noche que nos eliminó el City allí nos quedamos, aplaudiendo. El Madrid, sin embargo, es como la película Casablanca, una sucesión de milagros continuada.

—Le veo escéptico, o quizás ‘quemado’ con los suyos…

—El Atlético tiene que renovarse, no sé si en cuanto a jugadores, pero sí en cuanto a la manera de jugar. Simeone ha demostrado ser un entrenador extraordinario que ha ganado todo menos la Champions con su forma de jugar, pero debería darle una vuelta de tuerca y decir ahora, además, vamos a jugar bien. Ya nos ha demostrado que se puede ganar bien de esa manera, ahora me iría más a Menotti. Vamos a jugar bien, vamos a tocar la pelota, no como ahora que parece un equipo de balonmano, tocando de un lado a otro, pero sin profundidad. Sería fantástico que diera ese cambio, sería un aliciente para la temporada próxima. Veo difícil la clasificación para la Champions. No le veo ganando al Madrid, al Sevilla, a la Real… No le veo decir vamos a salir a ganar. Se trata de creer o no creer.

—¿Cuál fue el mejor Atlético de su vida?

—Oblak; Rivilla, Luis Pereira, Godín, Calleja; Adelardo, Simeone, Luis; Ufarte, Gárate y Collar… Y por épocas el que ganó la Recopa a la Fiorentina en 1962 después de ganarle dos Copas al Real Madrid en el Bernabéu los dos años anteriores.

El gran día de Lunin

Lo bueno se hace esperar, y Lunin puede dar buena cuenta de ello. El 22 de junio de 2018 el Real Madrid hizo oficial su fichaje procedente del Zorya, un traspaso con un coste aproximado a los nueve millones de euros. Y hoy, 8 de mayo de 2022, debutará con el conjunto blanco en Liga. Así lo confirmó Ancelotti en rueda de prensa: “Va a jugar Lunin, el resto lo decidiré mañana (hoy)”. Una noticia que dibujó el punto y final a la -eterna- espera del ucraniano: 1.416 días y tres cesiones después, por fin jugará un partido de Liga con el Real Madrid.

13

Porque en estos cuatro años sólo ha disputado tres de Copa, de los cuales dos fueron en Alcoy. Es decir, el 63% de sus minutos (210′ de los 330′) han sido en El Collao. La primera vez, para ver como caían eliminados a las primeras de cambio en la prórroga; la segunda, ya esta temporada, vivió la vendetta; y en la siguiente ronda, una eliminatoria taquicárdica en Elche. No ha vuelto a jugar desde entonces, pues fue suplente en San Mamés, donde el Real Madrid cayó eliminado esta temporada y Ancelotti, pese a ser Copa, optó por Courtois. Bajo la tiranía del belga, cuyo rendimiento le ha vuelto indiscutible, se ha pasado dos años. Sin minutos más allá de tres partidos. Pero eso, hoy, va a cambiar. Y tiene una tarea pendiente: conseguir dejar una portería a cero de blanco. En sus tres batallas previas, siempre encajó.

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Lunin, durante su presentación con el Real Madrid el verano de 2018.
Real Madrid

Tres cesiones

En 2018, tras la salida de Kiko Casilla, llegó junto a Courtois y el club decidió cederlo al Leganés, donde pese a ser suplente de Cuéllar, llegó a jugar cinco partidos de Liga; uno, en el Metropolitano (derrota por 1-0). La temporada siguiente, 2019-20, salió cedido al Valladolid, un préstamo cancelado de manera abrupta ante la falta de minutos y oportunidades. No llegó a disputar ni un solo minuto de Liga con el Pucela, limitándose a los dos cruces de Copa (en Tolosa y Marbella). Así que el Madrid lo reenvió a Oviedo, donde se hizo titularísimo, jugando todos los partidos desde la jornada 23. La temporada pasada regresó al Madrid y desde entonces, se ha asentado como segundo guardián. En el derbi le tocará ejercer de primero.

Escudo/Bandera Real Madrid

El Zamora, en un puño

La suplencia de Courtois le supone un ‘guante’ al belga, pues al tener ya el mínimo de partidos disputados para optar al trofeo (28 con 60′ en cada uno), no jugar el derbi le permitirá mantener su gran coeficiente: 0,85. Pero sigue segundo, pues ahora mismo el Zamora sería para Bono, cuyo coeficiente es de 0,79. El marroquí lleva cinco partidos seguidos encajando y la carrera se ha apretado. Detrás están Rulli (0,86) y Remiro (0,91). Quedan cuatro jornadas.

El gran día de Lunin

Lo bueno se hace esperar, y Lunin puede dar buena cuenta de ello. El 22 de junio de 2018 el Real Madrid hizo oficial su fichaje procedente del Zorya, un traspaso con un coste aproximado a los nueve millones de euros. Y hoy, 8 de mayo de 2022, debutará con el conjunto blanco en Liga. Así lo confirmó Ancelotti en rueda de prensa: “Va a jugar Lunin, el resto lo decidiré mañana (hoy)”. Una noticia que dibujó el punto y final a la -eterna- espera del ucraniano: 1.416 días y tres cesiones después, por fin jugará un partido de Liga con el Real Madrid.

13

Porque en estos cuatro años sólo ha disputado tres de Copa, de los cuales dos fueron en Alcoy. Es decir, el 63% de sus minutos (210′ de los 330′) han sido en El Collao. La primera vez, para ver como caían eliminados a las primeras de cambio en la prórroga; la segunda, ya esta temporada, vivió la vendetta; y en la siguiente ronda, una eliminatoria taquicárdica en Elche. No ha vuelto a jugar desde entonces, pues fue suplente en San Mamés, donde el Real Madrid cayó eliminado esta temporada y Ancelotti, pese a ser Copa, optó por Courtois. Bajo la tiranía del belga, cuyo rendimiento le ha vuelto indiscutible, se ha pasado dos años. Sin minutos más allá de tres partidos. Pero eso, hoy, va a cambiar. Y tiene una tarea pendiente: conseguir dejar una portería a cero de blanco. En sus tres batallas previas, siempre encajó.

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Lunin, durante su presentación con el Real Madrid el verano de 2018.
Real Madrid

Tres cesiones

En 2018, tras la salida de Kiko Casilla, llegó junto a Courtois y el club decidió cederlo al Leganés, donde pese a ser suplente de Cuéllar, llegó a jugar cinco partidos de Liga; uno, en el Metropolitano (derrota por 1-0). La temporada siguiente, 2019-20, salió cedido al Valladolid, un préstamo cancelado de manera abrupta ante la falta de minutos y oportunidades. No llegó a disputar ni un solo minuto de Liga con el Pucela, limitándose a los dos cruces de Copa (en Tolosa y Marbella). Así que el Madrid lo reenvió a Oviedo, donde se hizo titularísimo, jugando todos los partidos desde la jornada 23. La temporada pasada regresó al Madrid y desde entonces, se ha asentado como segundo guardián. En el derbi le tocará ejercer de primero.

Escudo/Bandera Real Madrid

El Zamora, en un puño

La suplencia de Courtois le supone un ‘guante’ al belga, pues al tener ya el mínimo de partidos disputados para optar al trofeo (28 con 60′ en cada uno), no jugar el derbi le permitirá mantener su gran coeficiente: 0,85. Pero sigue segundo, pues ahora mismo el Zamora sería para Bono, cuyo coeficiente es de 0,79. El marroquí lleva cinco partidos seguidos encajando y la carrera se ha apretado. Detrás están Rulli (0,86) y Remiro (0,91). Quedan cuatro jornadas.

El gran día de Lunin

Lo bueno se hace esperar, y Lunin puede dar buena cuenta de ello. El 22 de junio de 2018 el Real Madrid hizo oficial su fichaje procedente del Zorya, un traspaso con un coste aproximado a los nueve millones de euros. Y hoy, 8 de mayo de 2022, debutará con el conjunto blanco en Liga. Así lo confirmó Ancelotti en rueda de prensa: “Va a jugar Lunin, el resto lo decidiré mañana (hoy)”. Una noticia que dibujó el punto y final a la -eterna- espera del ucraniano: 1.416 días y tres cesiones después, por fin jugará un partido de Liga con el Real Madrid.

13

Porque en estos cuatro años sólo ha disputado tres de Copa, de los cuales dos fueron en Alcoy. Es decir, el 63% de sus minutos (210′ de los 330′) han sido en El Collao. La primera vez, para ver como caían eliminados a las primeras de cambio en la prórroga; la segunda, ya esta temporada, vivió la vendetta; y en la siguiente ronda, una eliminatoria taquicárdica en Elche. No ha vuelto a jugar desde entonces, pues fue suplente en San Mamés, donde el Real Madrid cayó eliminado esta temporada y Ancelotti, pese a ser Copa, optó por Courtois. Bajo la tiranía del belga, cuyo rendimiento le ha vuelto indiscutible, se ha pasado dos años. Sin minutos más allá de tres partidos. Pero eso, hoy, va a cambiar. Y tiene una tarea pendiente: conseguir dejar una portería a cero de blanco. En sus tres batallas previas, siempre encajó.

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Lunin, durante su presentación con el Real Madrid el verano de 2018.
Real Madrid

Tres cesiones

En 2018, tras la salida de Kiko Casilla, llegó junto a Courtois y el club decidió cederlo al Leganés, donde pese a ser suplente de Cuéllar, llegó a jugar cinco partidos de Liga; uno, en el Metropolitano (derrota por 1-0). La temporada siguiente, 2019-20, salió cedido al Valladolid, un préstamo cancelado de manera abrupta ante la falta de minutos y oportunidades. No llegó a disputar ni un solo minuto de Liga con el Pucela, limitándose a los dos cruces de Copa (en Tolosa y Marbella). Así que el Madrid lo reenvió a Oviedo, donde se hizo titularísimo, jugando todos los partidos desde la jornada 23. La temporada pasada regresó al Madrid y desde entonces, se ha asentado como segundo guardián. En el derbi le tocará ejercer de primero.

Escudo/Bandera Real Madrid

El Zamora, en un puño

La suplencia de Courtois le supone un ‘guante’ al belga, pues al tener ya el mínimo de partidos disputados para optar al trofeo (28 con 60′ en cada uno), no jugar el derbi le permitirá mantener su gran coeficiente: 0,85. Pero sigue segundo, pues ahora mismo el Zamora sería para Bono, cuyo coeficiente es de 0,79. El marroquí lleva cinco partidos seguidos encajando y la carrera se ha apretado. Detrás están Rulli (0,86) y Remiro (0,91). Quedan cuatro jornadas.

Vinicius, ante su pasado

Vinicius vuelve a enfrentarse al Atlético de Madrid, el rival ante el que debutó en partido oficial con el primer equipo. Fue un 29 de septiembre de 2018 cuando Lopetegui le dio la oportunidad de estrenarse en un partido especial, nada menos que en un derbi. El brasileño solo jugó tres minutos. Cuatro años después, vuelve a enfrentarse a los rojiblancos consagrado como una estrella y con una deuda que saldar consigo mismo: aún no ha sido capaz de marcar gol en los siete derbis que ha disputado. De los once rivales a los que se ha enfrentado al menos seis veces, aún se le resisten a Vini cuatro equipos: Athletic (nueve partidos), Villarreal (ocho) y Betis (seis). Contra los verdiblancos, tendrá la oportunidad de desquitarse en la última jornada.

El carioca solo se ha perdido un derbi desde aquel de su debut: el de la siguiente temporada en el Wanda Metropolitano, donde Zidane no le concedió ningún momento. Vinicius apenas conoce lo que es caer derrotado a manos del gran rival de la capital. El Atlético superó a los madridistas en la Supercopa de Europa de 2018, con Vini en el banquillo. Desde entonces, el brasileño ha vivido cuatro victorias blancas y otros cuatro empates (uno de ellos no lo jugó) en Liga y el triunfo madridista en la final de la Supercopa de España de 2020, el segundo de los cinco títulos que ha ganado con el Real Madrid.

Aunque aún no ha marcado al Atlético, este Vinicius es otro. Esta temporada se ha convertido en titular indiscutible y destapado como goleador. Lleva 18 dianas y 15 asistencias en todas las competiciones, de ellas, 14 tantos y 9 pases de gol en Liga. Es el quinto máximo anotador del campeonato y el segundo que en más goles participa, solo por detrás de su compañero Benzema (26 goles y 11 asistencias lleva el francés en el torneo liguero).

Escudo/Bandera Real Madrid

La inteligencia artificial también evidencia la gran campaña del brasileño. Sus acciones han generado un valor de 18,22 goles a favor, según Olocip, muy por delante de Benzema (12,69 de valor) y el bético Juanmi (12,38), segundo y tercero. En las grandes ligas europeas, solo Mbappé (21,41) y Martin Terrier (18,96), del Rennes aportan mayor valor a sus equipos. La construcción del juego y las conducciones son los apartados donde más sobresale Vinicius. De hecho, según datos del proyecto Beyond Stats de LaLiga con Microsoft, el brasileño del Madrid es el jugador de la Liga cuyas conducciones más remates generan. Este domingo Vinicius tiene la oportunidad de poner una guinda a su temporada y estrenar su casillero en los derbis.

Vinicius, ante su pasado

Vinicius vuelve a enfrentarse al Atlético de Madrid, el rival ante el que debutó en partido oficial con el primer equipo. Fue un 29 de septiembre de 2018 cuando Lopetegui le dio la oportunidad de estrenarse en un partido especial, nada menos que en un derbi. El brasileño solo jugó tres minutos. Cuatro años después, vuelve a enfrentarse a los rojiblancos consagrado como una estrella y con una deuda que saldar consigo mismo: aún no ha sido capaz de marcar gol en los siete derbis que ha disputado. De los once rivales a los que se ha enfrentado al menos seis veces, aún se le resisten a Vini cuatro equipos: Athletic (nueve partidos), Villarreal (ocho) y Betis (seis). Contra los verdiblancos, tendrá la oportunidad de desquitarse en la última jornada.

El carioca solo se ha perdido un derbi desde aquel de su debut: el de la siguiente temporada en el Wanda Metropolitano, donde Zidane no le concedió ningún momento. Vinicius apenas conoce lo que es caer derrotado a manos del gran rival de la capital. El Atlético superó a los madridistas en la Supercopa de Europa de 2018, con Vini en el banquillo. Desde entonces, el brasileño ha vivido cuatro victorias blancas y otros cuatro empates (uno de ellos no lo jugó) en Liga y el triunfo madridista en la final de la Supercopa de España de 2020, el segundo de los cinco títulos que ha ganado con el Real Madrid.

Aunque aún no ha marcado al Atlético, este Vinicius es otro. Esta temporada se ha convertido en titular indiscutible y destapado como goleador. Lleva 18 dianas y 15 asistencias en todas las competiciones, de ellas, 14 tantos y 9 pases de gol en Liga. Es el quinto máximo anotador del campeonato y el segundo que en más goles participa, solo por detrás de su compañero Benzema (26 goles y 11 asistencias lleva el francés en el torneo liguero).

Escudo/Bandera Real Madrid

La inteligencia artificial también evidencia la gran campaña del brasileño. Sus acciones han generado un valor de 18,22 goles a favor, según Olocip, muy por delante de Benzema (12,69 de valor) y el bético Juanmi (12,38), segundo y tercero. En las grandes ligas europeas, solo Mbappé (21,41) y Martin Terrier (18,96), del Rennes aportan mayor valor a sus equipos. La construcción del juego y las conducciones son los apartados donde más sobresale Vinicius. De hecho, según datos del proyecto Beyond Stats de LaLiga con Microsoft, el brasileño del Madrid es el jugador de la Liga cuyas conducciones más remates generan. Este domingo Vinicius tiene la oportunidad de poner una guinda a su temporada y estrenar su casillero en los derbis.

Vinicius, ante su pasado

Vinicius vuelve a enfrentarse al Atlético de Madrid, el rival ante el que debutó en partido oficial con el primer equipo. Fue un 29 de septiembre de 2018 cuando Lopetegui le dio la oportunidad de estrenarse en un partido especial, nada menos que en un derbi. El brasileño solo jugó tres minutos. Cuatro años después, vuelve a enfrentarse a los rojiblancos consagrado como una estrella y con una deuda que saldar consigo mismo: aún no ha sido capaz de marcar gol en los siete derbis que ha disputado. De los once rivales a los que se ha enfrentado al menos seis veces, aún se le resisten a Vini cuatro equipos: Athletic (nueve partidos), Villarreal (ocho) y Betis (seis). Contra los verdiblancos, tendrá la oportunidad de desquitarse en la última jornada.

El carioca solo se ha perdido un derbi desde aquel de su debut: el de la siguiente temporada en el Wanda Metropolitano, donde Zidane no le concedió ningún momento. Vinicius apenas conoce lo que es caer derrotado a manos del gran rival de la capital. El Atlético superó a los madridistas en la Supercopa de Europa de 2018, con Vini en el banquillo. Desde entonces, el brasileño ha vivido cuatro victorias blancas y otros cuatro empates (uno de ellos no lo jugó) en Liga y el triunfo madridista en la final de la Supercopa de España de 2020, el segundo de los cinco títulos que ha ganado con el Real Madrid.

Aunque aún no ha marcado al Atlético, este Vinicius es otro. Esta temporada se ha convertido en titular indiscutible y destapado como goleador. Lleva 18 dianas y 15 asistencias en todas las competiciones, de ellas, 14 tantos y 9 pases de gol en Liga. Es el quinto máximo anotador del campeonato y el segundo que en más goles participa, solo por detrás de su compañero Benzema (26 goles y 11 asistencias lleva el francés en el torneo liguero).

Escudo/Bandera Real Madrid

La inteligencia artificial también evidencia la gran campaña del brasileño. Sus acciones han generado un valor de 18,22 goles a favor, según Olocip, muy por delante de Benzema (12,69 de valor) y el bético Juanmi (12,38), segundo y tercero. En las grandes ligas europeas, solo Mbappé (21,41) y Martin Terrier (18,96), del Rennes aportan mayor valor a sus equipos. La construcción del juego y las conducciones son los apartados donde más sobresale Vinicius. De hecho, según datos del proyecto Beyond Stats de LaLiga con Microsoft, el brasileño del Madrid es el jugador de la Liga cuyas conducciones más remates generan. Este domingo Vinicius tiene la oportunidad de poner una guinda a su temporada y estrenar su casillero en los derbis.