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Hütter: “Wenn man ehrlich ist, muss man sagen: ja”

Adi Hütte wird Borussia Mönchengladbach verlassen. Auf der Pressekonferenz nach dem 5:1 gegen Hoffenheim äußerte sich der Österreicher noch einmal ausführlich über seinen Abschied. Das sagte er über …

Nicht mehr Trainer in Gladbach: Adi Hütter.

Nicht mehr Trainer in Gladbach: Adi Hütter.

Getty Images

… die Entscheidung:
“Wir sind nach guten Gesprächen zu dem Entschluss gekommen, dass wir uns einvernehmlich trennen und jeder seinen Weg geht. Die finale Entscheidung haben wir schlussendlich gestern Abend getroffen. Wir waren in einer sehr schwierigen Situation, speziell nach dem Spiel in Stuttgart (2:3 nach 2:0-Führung, d. Red.). Wir waren in sehr unangenehmen Sphären, haben uns dann aber mit Ruhe und Energie wieder in sichere Gefilde gebracht. Das war der Zeitpunkt, um intensivere Gespräche zu führen. Es waren inhaltlich gute Gespräche und ein sehr respektvoller Umgang miteinander. Dafür möchte ich mich beim kompletten Verein herzlich bedanken.”

… die Gründe für die Trennung:
“Es ist wichtig, am Saisonende eine gute Analyse zu betreiben. Wir haben uns zusammengesetzt und erörtert, was die Gründe für diese Saison waren. Jeder weiß, aus welchen Beweggründen ich zu Borussia Mönchengladbach gekommen bin. Nach diesen vielen Gesprächen und der Analyse sind wir zu dem Entschluss gekommen, getrennte Wege zu gehen. Am Ende waren es viele Punkte, die zu der Entscheidung geführt haben. Ich möchte auch niemandem im Wege stehen. Es ist schade und tut mir leid, dass wir diese Erwartungen – sowohl von meiner Seite als auch vom Klub – nicht erfüllen konnten. Speziell die beiden Derby-Niederlagen gegen Köln tun weh. Sonst war die Bilanz der neun letzten Spiele positiv.”

… seine Zukunft:
“In erster Linie freue ich mich auf den Urlaub, mit der Familie zusammen zu sein. Ich habe jetzt fast 14 Jahre durchgehend gearbeitet bis auf die drei Monate zwischen den Stationen Salzburg und Bern. Ich habe jetzt noch keinen Plan, wie es weitergeht.”

… das Gespräch mit der Mannschaft:
“Kurz nach dem Schlusspfiff habe ich die Mannschaft informiert, bevor ich dann nach draußen getreten bin. Die Jungs sind alle aufgestanden, es gab Standing Ovations. Das tut dann noch mal richtig weh. Man merkt in diesem Moment, dass vielleicht auch nicht alles verkehrt war. Es war für mich ein emotionaler Moment, das geht unter die Haut.”

Mit Manu Koné hat Borussia Mönchengladbach ein unglaubliches Juwel

Adi Hütter

… unerfüllte Versprechungen, zum Beispiel bei der Kaderzusammenstellung, und die Frage, ob er unter diesen Voraussetzungen vielleicht gar nicht in Gladbach angefangen hätte:
“Wenn man ehrlich ist, muss man sagen: ja. Nach den Gesprächen vor knapp einem Jahr war die volle Überzeugung da, zu Borussia Mönchengladbach zu kommen. Ich war voller Energie, voller Power. Max Eberl und ich hatten gute Gespräche darüber, den Kader zu verändern und frisches Blut reinzubringen. Wir wissen alle, dass dann viele Dinge nicht so funktioniert haben – ohne jetzt jemanden anpinkeln zu wollen, ganz im Gegenteil. Corona war ja auch ein Faktor. Viele Dinge sind einfach nicht aufgegangen. Dann kamen auch nicht die Ergebnisse, die wir uns erhofft hatten. Es ist grundsätzlich eine gute Basis vorhanden. Aber ich glaube, dass man schon versuchen muss, einiges zu verändern.”

… den eingeleiteten Umbruch:
“Das freut mich besonders. Ich habe mich nicht gescheut, den Weg der jungen Spieler zu gehen. Ich bin darauf stolz, in schwierigen Zeiten 18-jährige Jungs eingebaut zu haben. Mit Manu Koné, zum Beispiel, hat Borussia Mönchengladbach ein unglaubliches Juwel. Er wird dem Klub noch viel Freude bereiten.”

Jan Lustig

El Liverpool llega crecidísimo ante el Madrid: FA Cup y doblete

La FA Cup cumplía 150 años de historia y el Liverpool se encargó de coronarla. Después de 120 minutos y una tanda de penaltis trepidante, Kostas Tsimikas marcó el definitivo regalando a los Reds el segundo trofeo de la temporada, tras la Carabao Cup. Los hombres de Jürgen Klopp van a por los cuatro títulos, con la Premier League y la Champions en el horizonte, aunque Salah se retiró lesionado en los primeros minutos de la final ante el Chelsea…

Unos primeros minutos en los que la pólvora de las bengalas aún inundaban el ambiente en Wembley. Contratiempo que el Liverpool aprovechó para salir en tromba. Luis Díaz capitalizó desde el principio las jugadas de ataque de los Reds por la banda izquierda, una autopista para el ágil extremo colombiano, que en el minuto 9 recibió un pase formidable con el exterior de Trent Alexander-Arnold y estuvo muy cerca de abrir el marcador, pero Édouard Mendy dejó sus pies de ancla y salvó el 0-1.

Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

El Liverpool llega crecidísimo ante el Madrid: FA Cup y doblete

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Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

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Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

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Unos primeros minutos en los que la pólvora de las bengalas aún inundaban el ambiente en Wembley. Contratiempo que el Liverpool aprovechó para salir en tromba. Luis Díaz capitalizó desde el principio las jugadas de ataque de los Reds por la banda izquierda, una autopista para el ágil extremo colombiano, que en el minuto 9 recibió un pase formidable con el exterior de Trent Alexander-Arnold y estuvo muy cerca de abrir el marcador, pero Édouard Mendy dejó sus pies de ancla y salvó el 0-1.

Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

El Liverpool llega crecidísimo ante el Madrid: FA Cup y doblete

La FA Cup cumplía 150 años de historia y el Liverpool se encargó de coronarla. Después de 120 minutos y una tanda de penaltis trepidante, Kostas Tsimikas marcó el definitivo regalando a los Reds el segundo trofeo de la temporada, tras la Carabao Cup. Los hombres de Jürgen Klopp van a por los cuatro títulos, con la Premier League y la Champions en el horizonte, aunque Salah se retiró lesionado en los primeros minutos de la final ante el Chelsea…

Unos primeros minutos en los que la pólvora de las bengalas aún inundaban el ambiente en Wembley. Contratiempo que el Liverpool aprovechó para salir en tromba. Luis Díaz capitalizó desde el principio las jugadas de ataque de los Reds por la banda izquierda, una autopista para el ágil extremo colombiano, que en el minuto 9 recibió un pase formidable con el exterior de Trent Alexander-Arnold y estuvo muy cerca de abrir el marcador, pero Édouard Mendy dejó sus pies de ancla y salvó el 0-1.

Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

El Liverpool llega crecidísimo ante el Madrid: FA Cup y doblete

La FA Cup cumplía 150 años de historia y el Liverpool se encargó de coronarla. Después de 120 minutos y una tanda de penaltis trepidante, Kostas Tsimikas marcó el definitivo regalando a los Reds el segundo trofeo de la temporada, tras la Carabao Cup. Los hombres de Jürgen Klopp van a por los cuatro títulos, con la Premier League y la Champions en el horizonte, aunque Salah se retiró lesionado en los primeros minutos de la final ante el Chelsea…

Unos primeros minutos en los que la pólvora de las bengalas aún inundaban el ambiente en Wembley. Contratiempo que el Liverpool aprovechó para salir en tromba. Luis Díaz capitalizó desde el principio las jugadas de ataque de los Reds por la banda izquierda, una autopista para el ágil extremo colombiano, que en el minuto 9 recibió un pase formidable con el exterior de Trent Alexander-Arnold y estuvo muy cerca de abrir el marcador, pero Édouard Mendy dejó sus pies de ancla y salvó el 0-1.

Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

El Liverpool llega crecidísimo ante el Madrid: FA Cup y doblete

La FA Cup cumplía 150 años de historia y el Liverpool se encargó de coronarla. Después de 120 minutos y una tanda de penaltis trepidante, Kostas Tsimikas marcó el definitivo regalando a los Reds el segundo trofeo de la temporada, tras la Carabao Cup. Los hombres de Jürgen Klopp van a por los cuatro títulos, con la Premier League y la Champions en el horizonte, aunque Salah se retiró lesionado en los primeros minutos de la final ante el Chelsea…

Unos primeros minutos en los que la pólvora de las bengalas aún inundaban el ambiente en Wembley. Contratiempo que el Liverpool aprovechó para salir en tromba. Luis Díaz capitalizó desde el principio las jugadas de ataque de los Reds por la banda izquierda, una autopista para el ágil extremo colombiano, que en el minuto 9 recibió un pase formidable con el exterior de Trent Alexander-Arnold y estuvo muy cerca de abrir el marcador, pero Édouard Mendy dejó sus pies de ancla y salvó el 0-1.

Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

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La FA Cup cumplía 150 años de historia y el Liverpool se encargó de coronarla. Después de 120 minutos y una tanda de penaltis trepidante, Kostas Tsimikas marcó el definitivo regalando a los Reds el segundo trofeo de la temporada, tras la Carabao Cup. Los hombres de Jürgen Klopp van a por los cuatro títulos, con la Premier League y la Champions en el horizonte, aunque Salah se retiró lesionado en los primeros minutos de la final ante el Chelsea…

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Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.

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La FA Cup cumplía 150 años de historia y el Liverpool se encargó de coronarla. Después de 120 minutos y una tanda de penaltis trepidante, Kostas Tsimikas marcó el definitivo regalando a los Reds el segundo trofeo de la temporada, tras la Carabao Cup. Los hombres de Jürgen Klopp van a por los cuatro títulos, con la Premier League y la Champions en el horizonte, aunque Salah se retiró lesionado en los primeros minutos de la final ante el Chelsea…

Unos primeros minutos en los que la pólvora de las bengalas aún inundaban el ambiente en Wembley. Contratiempo que el Liverpool aprovechó para salir en tromba. Luis Díaz capitalizó desde el principio las jugadas de ataque de los Reds por la banda izquierda, una autopista para el ágil extremo colombiano, que en el minuto 9 recibió un pase formidable con el exterior de Trent Alexander-Arnold y estuvo muy cerca de abrir el marcador, pero Édouard Mendy dejó sus pies de ancla y salvó el 0-1.

Al Chelsea le costó un cuarto de hora entrar al partido, lo que tardó en amasar unas cuantas posesiones y respirar con el balón. Así es como llegó la primera llegada con peligro de Pulisic, cuyo disparo raso se escapó silvando el palo derecho de Alisson. El enganche estadounidense sacó partido a las dificultades de Alexander-Arnold para cubrir su espalda y en el minuto 23 volvió a rematar sin llegar a coger portería.

Escudo/Bandera Chelsea

Así las cosas, el encuentro se fue llenando de oportunidades en una y otra área, muy al estilo de la final de la Carabao Cup que también enfrentó a ambos equipos hace dos meses y que Tuchel tomó como referencia en la previa con mucho olfato, aunque el guion del partido cambió en el minuto 32. Fue entonces cuando Mohamed Salah sintió molestias musculares y se tuvo que marchar sustituido para dar entrada a Diego Jota. Un golpe para el Liverpool, que se quedó unos minutos en shock.

El descanso tampoco pareció ayudar a los Reds y nada más comenzar la segunda mitad recibieron otro disparo del terco Pulisic, que se encontró con Alisson. El Chelsea parecía haber cogido las riendas del partido, con todo su equipo volcado en ataque, incluido Marcos Alonso, que tiró una magnífica falta directa y se topó con el travesaño. Un susto que, por fin, despertó al Liverpool.

Sin Salah y con Mané destemplado, los de Klopp se volvieron a encomendar a Díaz, muy incisivo durante todo el partido, aunque sin encontrar el camino del gol. Ni siquiera en el 82′ con un disparo que se fue a la madera. La misma que, un minuto más tarde, evitó el gol de Robertson, el segundo punzón del Liverpool en el carril izquierdo, por donde los Reds buscaron el 1-0 antes de que acabara el tiempo reglamentario.

Escudo/Bandera Liverpool

No lo lograron, y otra vez, como sucedió en la Carabo Cup, la final se fue a la prórroga. Ahí se acabó el partido para Díaz y Pulisic, los dos protagonistas de la tarde, que salieron del campo reemplazados, y con ellos, las ocasiones y el buen juego. Una antesala de la tanda de penaltis, en la que Azpilicueta y Mount fallaron y el Liverpool se alzó con el trofeo más antiguo de la historia del fútbol.