El Levante se aferra al sueño de Primera

Hace tres temporadas, Miramón y Melero vivieron un descenso con el Huesca. Esta noche fueron los héroes de un Levante que necesitaba los tres puntos para no verse abocado a la Segunda División. Sus goles dejan al equipo granota a tres puntos de la salvación, a falta de lo que ocurra esta jornada todavía por disputar. Justicia poética para un equipo que no ha bajado los brazos ni en la peor de las circunstancias y ahora se aferra al sueño de Primera.

Tras unos minutos de presión asfixiante del Levante en el arranque, con el público volcado en un ambiente propio de final, la Real Sociedad comenzó a adueñarse del partido con Merino y Zubimendi moviendo el equipo de lado a lado en la sala de máquinas cuando bajaron las pulsaciones de los primeros minutos.

Con un uno a uno planteado en todo el campo por parte de Alessio Lisci, cuando los puntas de Imanol conseguían controlar y otear el horizonte se abría un panorama peligroso para los granotas, volcados en la presión y lanzándose con furia al ataque. Era todo o nada. Enfermería o puerta grande.

Y, pese a que Sorloth e Isak acumulaban ocasiones, cada uno con un remate a la madera de la portería defendida por Cárdenas, lo cierto es que las más claras las acumulaba Morales, que se topó hasta en tres ocasiones con su buen amigo Remiro, con el que cuajó una buena relación en sus meses como levantinista.

Tras la salida de vestuarios, pronto el Levante se puso por delante en el marcador. Pepelu filtró el balón, Dani Gómez descargó a la llegada de Campaña, que asistió a Miramón para poner patas arriba el Ciutat de València. El gol de la esperanza de un jugador que es todo corazón.

Pero las alegrías esta temporada duran muy poco en Orriols. Tras un nuevo remate de Isak al travesaño, Silva apareció indetectable en el área chica para rematar a placer un envío de Gorosabel tras capturar el rechace. Ya lo avisó Imanol, el canario y diez más era su plan.

Incluso la suerte hace tiempo que da la espalda a los granotas. En una jugada embarullada, Roger Martí, recién ingresado, anotaba para adelantar a los granotas en el marcador, pero el línier acertó anulando el gol por un fuera de juego previo de Morales.

Pero casi como justicia poética, Rico cometió un inocente penalti precisamente sobre Roger. Melero, manteniendo la respiración, superó a Remiro aguantando hasta el final al portero. El Ciutat estalló de júbilo. No es para menos, el Levante, pese a todo lo llovido, está a solo tres puntos de hacer realidad el sueño. El ‘sí se puede’ fue la traca final.