EI pulso Marcelino-Bordalás suma innumerables capítulos. La mayoría de ellos provocaron un desencuentro que parecía irreconciliable. Pero tras tanto verse la cara y chocar, decidieron firmar una tregua. Este año han reconducido su relación, que pasa a ser simplemente fría, pero sin pescozones. Cada uno a lo suyo. En el caso del asturiano, meter al Athletic en la Conference League, algo al alcance de la mano ante un Villarreal decaído tras ceder en Champions. Y quién sabe si hasta puede redoblar esfuerzos para asaltar la sexta plaza, viendo a la Real titubeante de ayer en Orriols. Está a cinco puntos, que se pueden quedar hoy en dos. Lo único seguro es que esta noche dormirán en esa deseada séptima plaza si ganan al Valencia en el cuarto enfrentamiento con los che este año. En ese largo recorrido no han logrado ganar: tres empates y la derrota en Mestalla que les borró en las semifinales de Copa. Por tanto, hay ganas de revancha (sigue el partido en directo en AS.com).
Los técnicos se llevan el protagonismo por más razones. Marcelino explotó ayer porque está ya cansado de que le traten como a un mindundi los dos candidatos a la presidencia del Athletic. Un día después de airear torpemente que había hablado con otros técnicos, Barkala decidió reunirse con Marcelino, tal vez con cargo de conciencia. García Toral no dio detalles de ese encuentro, pero ya veía que no tiene mucho que hacer al lado del presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao tras el inicial desaire. Y ahora le consta que el otro aspirante a Ibaigane, Arechabaleta, también se ha dirigido a entrenadores potenciales antes que a él. “No he sido el primero con el que han hablado. La realidad es esa”, le duele. Mientras, Bordalás proclamó que quiere seguir en Mestalla, pero precisa de jugadores ‘nivel Valencia’. Y Marcelino replica que de esos ya había cuando él ganó la Copa y varios aún están allí. Cosas de técnicos con un carácter volcánico. La chispa de las rencillas siempre puede volver a saltar.
El Athletic se juega algo y el Valencia, nada, y eso debería plasmarse sobre el verde. Quiere meter presión a un Villarreal al que le tiene ganado el goalaverage y que recibe mañana al Sevilla en La Cerámica. Para seguir ilusionándose con Europa, Marcelino, no obstante, seguirá teniendo la baja de uno de sus jugadores más creativos y goleadores, Sancet, que posiblemente no juegue más este año por la pubalgia y tal vez tenga que pasar por quirófano nada más acabar el curso.
En cambio, vuelve Villalibre, con lo que su pareja de ataque habitual, la que conforman Raúl García y Williams, puede disponer de un sustituto natural sin tener que echar mano de un Berenguer que utiliza normalmente en banda y que, además, no atraviesa un buen momento.
El Valencia llega a San Mamés contando los días para acabar una temporada que, más allá del oasis de la final de Copa, pasará sin pena (lejos del descenso) ni gloria (lejos de Europa). El futuro de Bordalás es lo único interesante ahora mismo. Tiene contrato, aunque el club no asegura a día de hoy que vaya a cumplirlo. Él sí refrendó que desea seguir, pero con condiciones.
El cuadro che aún recuerda la ida de las semifinales de Copa, uno de sus mejores partidos de la temporada, y ante el añorado Marcelino. Hace jornadas que se bajó del tren de Europa vía Liga porque se jugó todo a la carta del torneo del KO. Y perdió. Bordalás cuenta con todos sus efectivos disponibles, a excepción del capitán Gayà, sancionado con dos partidos. Así que jugarán aquellos futbolistas cuyo futuro en la entidad es incierto, varios de ellos con un pie fuera, como Guedes, Bryan Gil o Carlos Soler. Antes de arrancar se vivirá uno de los momentos más emotivos de la tarde, y mira que los hay: homenaje a la leyenda argentina Bochini, que recibe el One Club Man, galardón instituido por el Athletic para los jugadores que han cubierto toda su carrera en un solo equipo.